Muchas personas aún practican la disciplina corporal como parte de la crianza de sus hijos e hijas. Algunas personas lo hacen como parte de un sistema de creencias basado en creencias religiosas y otras porque es lo que aprendieron en casa o porque no poseen otras herramientas emocionales para lidiar con el comportamiento de sus hijos e hijas. Sea cual sea la razón, estas son algunas de las cosas que, según la psicóloga Denise Cummins necesitas considerar, antes de pegarle a tus hijos para corregirlos.
6 cosas que debes considerar antes de aplicar un castigo físico

1. Las creencias e ideologías cambian
Probablemente las personas encargadas de tu crianza recurrieron al castigo físico como un método de enseñanza. Hay incluso una tradición con respecto a la chancla, el cinto y otras armas caseras para aplicar el castigo. Sin embargo, igual que hemos cambiado en el último siglo muchas formas de pensar y hemos entendido que hay cosas que están mal, también podemos cambiar esta tradición. Ahora sabemos que es incorrecto e inaceptable discriminar por condición social, raza o género. Sabemos que el sistema de castas era un marco de creencias equivocadas. Entendemos que fumar, beber o consumir drogas en el embarazo afecta al bebé. De la misma forma, podemos captar que la violencia sólo genera más violencia.
2. Pegarle a los niños les hace creer que abusar de la fuerza está bien
Los padres y madres son físicamente más grandes y fuertes que los hijos, de la misma manera, su cerebro ha alcanzado su completo desarrollo y entienden (o deberían entender) de autocontrol. Cuando un adulto le pega a un niño, le está enviando un mensaje de que abusar de su fuerza está bien. Por eso no debería de sorprendernos si luego le pega a personas más pequeñas o si de adulto recurre a los golpes en sus relaciones.
3. Frecuentemente perderás el control

Darte permiso de pegarle a tu hijo o hija te pone a ti en riesgo de convertirte en una persona abusiva. En muchos casos, al infligir un castigo físico, el adulto es atravesado por el enojo, cansancio o frustración y se desquita con el niño. Al pegarle sentirás alivio temporal, y ese alivio te llevará a pegarle por más tiempo y más fuerte. En poco tiempo estarás pegándole con cualquier pretexto y te disculparás a ti misma porque se siente bien la tranquilidad inmediata después de pegarle a algo o alguien.
4. Pegarles puede corregir su comportamiento, pero va a dañar tu relación
Mucha gente se justifica con aquello de que "más vale una nalgada a tiempo" y desechan todos los estudios y pruebas de que pegarles a los hijos les hace daño emocional irreparable, porque los vuelve resentidos y enojados. Entre más les pegas más desafiantes se vuelven hacia sus figuras de crianza y hacia las autoridades, peor relación tendrán contigo y menos probabilidades tendrán de admitir si le pegan a su pareja o si su pareja les pega. Lo anterior, además de sufrir problemas de salud mental y emocional como ansiedad, depresión y abuso de sustancias.
5. Hay formas más efectivas de obtener el comportamiento que buscas
A veces con solo mostrar desaprobación o enojo por el comportamiento no adecuado de los hijos es suficiente. Regularmente los hijos buscan complacer a sus adultos de confianza, así que verles enojados o molestos suele ser incentivo suficiente para cambiar el comportamiento sin tener que pegarles. Busca en las guías de crianza y cuidados otras maneras efectivas de ayudarles a comportarse de la forma en que consideras adecuada. Recuérdales que más allá de los castigos, a cada acción corresponde una reacción y que todo lo que hacen conlleva una consecuencia. Así por ejemplo, si olvidan alimentar a su pez, éste morirá, o si pierden sus útiles escolares, no tendrán cómo hacer sus labores. Ayúdales delimitando consecuencias claras y apropiadas y en lugar de resolver sus problemas (comprarle más útiles), enséñales a afrontar las consecuencias de sus actos. A la larga, esto les hace sentir que tienen control sobre lo que sucede en sus vidas.
6. El contacto físico debe ser consentido

¿Cómo puedes enseñarle a tu hijo o hija a tener autocuidado y respeto por su cuerpo si siente que su cuerpo no es respetado? Casi todas las mamás se preocupan de prevenir el abuso sexual, y le enseñan a sus hijas e hijos a decir «¡NO!» para prevenirlo. Sin embargo, cuando les pegas les quitas el poder de decidir sobre su cuerpos y aprenden que está bien que las personas mayores les hagan cosas que duelen o no les gustan porque «se portaron mal».
Así que mejor respira y busca otras opciones antes de recurrir al castigo físico. Recuerda que aunque son personas en desarrollo, siempre se puede dialogar y llegar a acuerdos que sean buenos para toda la familia. Está demostrado que la relación afectuosa con los hijos disminuye su agresividad y mejora su comportamiento.
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