Todos los padres hemos sentido alguna vez una oscura niebla en nuestro interior cuando queremos hacer mil cosas a la vez y no paramos de ser interrumpidos por los gritos de los niños, las peticiones, las demandas, y un largo etc.
2 cosas que NO debes decir a tus hijos cuando estás ocupada

En ocasiones esa sensación de estrés puede hacer que les grites a tus hijos o que les digas cosas que no sientes, algo que sin duda les hará sentir mal; se sentirán heridos, enfadados y confundidos. ¿Vale la pena? Hay algunas cosas que NUNCA deberías decirle a tus hijos, no importa lo oscura que sea la niebla que exista en tu mente. Antes de abrir la boca para decir estas cosas, mira a los ojos a tu hijo y piensa qué les dirás.
#1 Déjame en paz
Si le dices habitualmente a tus hijos: “Déjame en paz”, “no me molestes”, “estoy ocupada”... tus hijos empezarán a pensar que no tiene ningún sentido hablar contigo porque no te importa lo que ellos tengan que decirte.
Decirles este tipo de cosas hará que con el tiempo dejen de comunicarse contigo, y no podrán confiar en ti a medida que crezcan. En este sentido, cuando tus hijos sean adolescentes no les podrás recriminar que no te cuentan las cosas importantes que les ocurre, porque ellos ya habrán aprendido (y sufrido) que no te importan.
Debes saber que los hijos reconocen a sus padres como las personas con las que pueden liberar sus problemas, pero si tu niegas a escucharlos, tendrán la suficiente confianza para dirigirse a ti y sentirán más presión.

#2 ¡Fuera de aquí!
¿Puedes imaginar cómo se puede sentir tu hijo si lo echas (y de mala manera) de la estancia en la que tú estás? ¿Cómo te sentirías tú si tu pareja, tu madre o alguien a quien quieres te dijera que salieras para no estar a tu lado? Piensa unos segundos.
Pues tu hijo se siente peor, porque tú eres su madre y tú eres su referente, su lugar de protección, su hogar. ¿Cómo te sentirías si te echaran de tu hogar? Pues así se siente tu hijo cada vez que le gritas que salga de la estancia en la que te encuentras.
Si después de leer estas palabras estás empezando a tomar conciencia, es momento de que pienses en el modo de dirigirte a tu hijo, por ejemplo: “Cariño, mamá ahora está acabando una cosa, necesito que pintes en silencio un momento. Cuando acabe lo que estoy haciendo saldremos a pasear a la calle los dos juntos”. Incluso con estas palabras, no debes olvidar que los niños no tienen muy claro la duración del tiempo así que tampoco te tomes al pie de la letra tus propias palabras.
Sigue leyendo:









