Antes de hablar de enfermedades, te contaré brevemente qué es la biodecodificación y quién es Lauro Alonso. La primera es una técnica que permite identificar la causa de una enfermedad y parte de la idea de que una enfermedad tiene un sentido y ese sentido no es la enfermedad si no que es un conflicto emocional.
¡Te sorprenderá la razón por la que nos enfermamos! Y sí, se puede evitar según la biodecodificación

Lauro Alonso es un reconocido experto de Latinoamérica y mediante la docencia pretende difundir esta técnica y ayudarnos a entender que las enfermedades se pueden evitar; solo tenemos que trabajar en nosotros mismos.
Enfermedad: una respuesta

Entonces, ¿qué es una enfermedad? Es la respuesta a un conflicto no resuelto. ¿Y por qué nos enfermamos? Alonso cree que una enfermedad es “un grito desesperado de la conciencia” y explica que si nuestra psique no puede solucionar el conflicto, el cerebro se hace cargo y afecta a la biología.
En síntesis, nos enfermamos porque hay un conflicto en nuestro interior que no encuentra solución.
¿Curarse de una enfermedad o de un conflicto?

La enfermedad se cura a través de un tratamiento médico, explica Alonso, pero el conflicto se cura a través de un gran trabajo individual. Puede ayudar a evitar una enfermedad e incluso hacerla desaparecer, pero sin dejar a un lado la medicina tradicional.
Frente a la pregunta de cómo se puede curar de una dolencia, manifiesta que “una buena postura es entender que la enfermedad no necesita ser atendida, porque la enfermedad es una solución adaptativa de supervivencia. Y para que eso se vaya, tengo que ir a buscar la semilla que hizo que fuera necesaria la enfermedad”, y agrega que “en nuestro trabajo es necesario encontrar para qué era necesario esta actitud de la biología, qué estoy viviendo que tiene que ser digerido o trabajado de alguna manera. Así la enfermedad pierde sentido y en algunos casos desaparece”.
Para poder tener una vida sana, debemos entendernos, comprendernos. La libertad es la llave para evitar esas dolencias. “Si yo tengo una dolencia y no entiendo el sentido, soy presa de ese síntoma. No entiendo por qué y lo sufro. Si lo entiendo, quizá tenga la posibilidad de sanar y mejorar mi salud. Quizá no lo logre, pero por lo menos ya entiendo la lógica y genero un alivio. Esa sería la libertad, el poder elegir. Mientras no lo sé, actúa sin ningún problema”.
Hilando conflictos...

Cada conflicto puede derivar en una enfermedad. Alonso pone un ejemplo:
Vino un consultante con vértigo, esa era su dolencia. Empezamos a indagar y encontramos que el padre era pintor de altura y se cayó de un andamio y se fracturó. El abuelo era alpinista y nunca volvió, se supone que se cayó y murió. Hay un drama familiar: un abuelo se pierde, y genera una situación angustiosa para la familia porque no se sabe dónde está ni qué pasó; el padre sufre un accidente bajando un poco el nivel de intensidad de sufrimiento, se lastima pero sobrevive, y el hijo tiene vértigo. Es una solución adaptativa de emergencia, pero uno lo ve como una dolencia porque no sabe el sentido que tiene. El sentido es "no te subas a nada que es peligroso". Cuando se entiende el sentido la dolencia no vale la pena y el sistema lo retira.
Esta es una situación en particular, pero el experto en biodecodificación explica que todas las dolencias o enfermedades tienen una lógica compatible con esta idea, todas, “incluyendo el HIV, una fractura, dientes con caries, pérdida de cabello, hasta cáncer de cualquier tipo, lo que sea”. Detrás de cada enfermedad hay, por lo menos, un conflicto emocional.
Una de las enfermedades más crueles en el mundo es el cáncer, ¿qué relación tiene con nuestras emociones? ¿Por qué nace esa enfermedad?
Si el órgano afectado es un órgano vital -pulmón, estómago, corazón-, entonces el conflicto es de orden vital, es decir, hubo un shock donde la muerte era una posibilidad cercana. Si el órgano afectado es una membrana de protección -meninge, peritoneo, pleura-, el conflicto es de desprotección, alguien que se sintió abandonado, quedó solo, etc. Si el conflicto es en algún aparato que tiene que ver con los sentidos, -piel, ojos, oídos-, hay un tema de comunicación y relacionamiento de por medio. Y si el conflicto es estructural, -huesos, músculos, tendones, cartílagos-, tiene que ver con la posibilidad de desplazamiento, movimiento, cambio. Hay una lógica, depende de qué órgano y qué sea. Pero lo que puedo decir del cáncer genérico... Si hay algo que yo no puedo digerir pero es un problema pasajero, como que un amigo me pidió prestado un taladro y no me lo devuelve, y estoy molesto, probablemente eso puede generarme, por decir algo, un poquito de acidez. Si el problema es porque pasa algo con una pareja, y es una situación más fuerte y cotidiana, puede ser una gastritis. Si el problema es una cuestión del trabajo y no pudo renunciar porque vivo de eso, puede ser una úlcera. Y si se me murió un hijo, o algo mucho más dolorosa, puede ser un cáncer de estómago. Es bastante sentido común.
¿Cada enfermedad responde a una situación en particular? No precisamente. Hay ciertas lógicas pero depende mucho de cada individuo en particular. “Un biodecodificador experiente va a saber para dónde tiene que buscar, pero el mapa vital de una persona es complejo”, explica Alonso.
Sentirnos mejor, evitar enfermedades

De nosotros depende enfermarnos o no. Podemos evitar las dolencias si logramos estar en paz con nosotros mismos. ¿Cómo hacemos? Hay cuatro consejos, cuatro hábitos que tenemos que cultivar día a día para lograr nuestro objetivo de tener una vida sana.
El primero es expresar lo que sentimos, controlada y éticamente. Hay que ser fieles a nuestro ser. El segundo consejo o hábito es estar atentos a nuestro nivel de estrés, darnos cuenta si estamos invirtiendo demasiada energía vital en algo que no vale la pena. Tercero, generar hábitos saludables. Pero no estamos hablando de hacer ejercicio, sino ser coherentes entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. El cuarto hábito, sería respetarse. ¿Cómo? Si estoy cansado, descanso. Si tengo hambre, como. Si estoy triste, estoy triste. No obligarse uno mismo a cumplir ciertas expectativas, a estar sonriente todo el tiempo, a hacer las cosas cuando siento que no debería hacerlas.
Según la biodecodificación, esta es la razón por la que nos enfermamos, ¿lo sabías? Pero esta técnica busca evitar esas enfermedades. ¿Cómo? Encontrando el problema y, sobre todo, cultivando hábitos que nos permitan generar una conciencia y emociones saludables.









