Es imposible negar que, como adultos, vivimos constantemente con preocupaciones en mente: la oficina, los pendientes del hogar, las deudas, el tráfico y un sinfín de pensamientos que parecen nunca parar.
Razones para comportarse como un niño de vez en cuando y olvidarse de las responsabilidades

En vistas de esta situación, no está de más que recordemos un poco lo sencilla que fue la vida cuando éramos pequeños.
Demostrar afecto siempre que se pueda

En ciertas ocasiones, podemos ver a los niños gritando, llorando y quejándose, pero olvidamos que ellos también demuestran abiertamente su afecto a otros. Por eso, hay que recordar que podemos tomarnos un momento y dar amor a nuestros padres, amigos y demás seres queridos.
Olvida un poco la seriedad

Todos los días nos preocupamos por cómo nos ven los demás y, siendo sinceros, puede ser agotador. Para darnos un respiro, dejemos de lado esa sensación de necesidad de mantener la autoconsciencia y disfrutemos más la vida.
Ayuda a mantener una relación sana con la comida

Los niños no se complican: comen cuando sienten hambre y paran cuando están satisfechos. No perciben que la comida sea una preocupación constante, lo cual cambia drásticamente cuando crecemos.
Decir siempre la verdad

Generalmente pensamos que decir la verdad puede ser catastrófico, pero lo cierto es que no siempre es así. Llegamos al punto en el que nos acostumbramos a ser corteses sin ser sinceros. Por lo tanto, no está de más tratar de recuperar esta cualidad.
El nivel de compromiso

Es impresionante cómo los más pequeños se sienten comprometidos en todas sus actividades. En cada una de ellas, ponen esfuerzo y dedicación, lo cual nos hace sentir que siempre es bueno rescatar esto y aplicarlo tanto en el trabajo como en nuestros pasatiempos. De esta manera, nos sentiremos más felices y hasta con más energía.
Cuando éramos niños la vida parecía ser mucho más divertida y menos complicada, ¿qué fue lo que cambió? Crecimos, es cierto, pero ser adultos no significa llevar una vida aburrida y estresada, está en nosotros elegir con qué actitud vivimos.








