El carcinoma renal es un tipo de cáncer de riñón que se desarrolla inicialmente en los pequeños conductos de este órgano y que es más frecuente en los adultos que se sitúan entre los 50 y los 70 años. Una gran parte de estos cánceres de riñón se detecta durante una fase inicial de la enfermedad, pero igualmente es posible detectarla en las etapas más avanzadas porque a veces, este tipo de tumores se desarrolla y adquiere un tamaño importante sin causar dolores u otros síntomas.
Los síntomas del cáncer de riñón

En un primer tiempo, es necesario saber que el tipo de cáncer de riñón más frecuente es el llamado carcinoma de células renales, que suele ser más frecuente en personas adultas de sexo masculino que se sitúan entre los 50 y 70 años, a pesar de que puede presentarse a cualquier edad.
Las causas de este tipo de cáncer no son determinantes y no son conocidas con exactitud, pero cabe destacar que ciertos factores pueden aumentar las posibilidades de su desarrollo como por ejemplo: disponer de antecedentes familiares con esta patología, sufrir hipertensión arterial, sufrir poliquistosis renal, tabaquismo o sufrir la enfermedad de Von Hippel-Lindau, una patología de carácter hereditario que provoca la formación de tumores en las partes del cuerpo que poseen un gran número de vasos sanguíneos.
En las fases iniciales, el cáncer de riñón puede no causar ningún síntoma que alerte de la presencia de un tumor maligno, por eso en muchos casos, es posible que su diagnóstico prematuro no se realice hasta que el paciente se ha sometido a una ecografía abdominal por otra razón médica. Sin embargo, a medida que el tumor se agranda de forma importante, ciertos signos o síntomas pueden aparecer indicando la posibilidad de sufrir un cáncer de riñón.
El síntoma más frecuente del cáncer de riñón es la presencia de sangre en la orina, estado que se llama médicamente “hematuria”. No suele causar dolor en el paciente, pero en los casos en los que la sangre es muy abundante, la hematuria puede ocasionar cólicos nefríticos por razón de coágulos que se forman en el interior de la uretra, la vía urinaria que vehicula la orina desde el riñón hasta la vejiga.

Además, la presencia de sangre en la micción puede aparecer igualmente acompañada de otros síntomas del cáncer de riñón como por ejemplo:
- Fiebre continua o recurrente
- Pérdida de peso repentina y rápida sin hacer régimen
- Pérdida de apetito
- Fatiga y debilidad
- Anemia
- Malestar general
- Presencia de una inflamación en la zona baja de la espalda o sobre un lado
- Dolor prolongado sobre un lado de la zona baja de la espalda, abdomen o en la región lumbar.
Por razón del hecho de que justo por encima del riñón se encuentra la glándula suprarrenal, esta puede igualmente verse afectada y dar lugar a alteraciones hormonales que en muchos casos serán responsables de ciertos síntomas como la hipertensión arterial, el crecimiento de la viscosidad de la sangre o la ginecomastia, que el término médico para hacer referencia al desarrollo excesivo de las glándulas mamarias en los hombres. Es fundamental saber que la manifestación de uno o de varios de estos síntomas mencionados anteriormente, no implica necesariamente la presencia de cáncer de riñón. A pesar de esto, se recomienda siempre consultar con un médico para someterse a unos exámenes oportunos y conocer con certeza lo que causa tales síntomas.
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