Quienes han sufrido la muerte de su pareja saben lo que se siente que "el corazón se rompa en mil pedazos". Ahora bien, esta frase que representa un modo aproximado de referir a un padecimiento inexpresable también constituye una tangible realidad. Y es que un estudio reciente constató que la muerte de la pareja aumenta el riesgo de ataque cardíaco.
La muerte de la pareja aumenta el riesgo de ataque cardíaco

El estudio

Para la realización de esta investigación, se analizó la situación de casi 30.500 mujeres y hombres británicos de entre 60 y 89 años de edad. Todas estas personas tenían algo en común: habían perdido a su pareja entre 2005 y 2012. Por otro lado, para posibilitar la comparación, se evaluó el estado de 83.600 individuos del mismo rango etario, pero que no habían sufrido la muerte de su pareja en el mismo lapso de tiempo.
Los resultados

Los resultados fueron sorprendentes. Estos develaron que quienes habían padecido la pérdida tenían el doble de posibilidades de experimentar un ataque cardíaco en el mes posterior al fallecimiento. Luego de pasados los primeros 30 días después de la pérdida, sin embargo, los riesgos de ataques al corazón de los individuos dolientes se iban equiparando a los de quienes no habían sufrido ninguna pérdida.
La importancia

La relevancia de estos resultados radica en la prevención. Ahora que la vulnerabilidad a ataques cardíacos de quienes han sufrido la muerte de su pareja constituye un hecho científicamente constatado, es necesario tomar las precauciones necesarias para evitar más desenlaces fatales. Para ello, es vital que, una vez que el infortunio se produzca, el doctor, los amigos y los familiares sean conscientes de la fragilidad del alma en luto frente a los ataques cardíacos.
Los resultados de este estudio no hacen más que demostrarnos el indiscutible vínculo que existe entre la mente y el cuerpo. En definitiva, nos recuerdan que lo invisible, a veces tan subestimado, también tiene profundas repercusiones sobre lo visible.







