La lunchera de los niños: consejos para superar un desafío diario

Preparar los almuerzos de los niños nunca deja de ser un desafío. Como padres, queremos brindarles lo mejor, pero cuando el tiempo falta y las ideas se agotan armar una lunchera rica, nutritiva y, sobre todo, divertida puede volverse un dolor de cabeza.

Por eso, y para que te salves del dolor, hoy te contamos 3 ideas simples y útiles que facilitarán esa tarea cotidiana.

1. Aprovecha su instinto natural

Si, por ejemplo, tiene 2 o 3 años, lo más probable es que guste de tomar los alimentos con sus propias manos. Podemos aprovechar esta reacción natural del pequeño e incluir vegetales cocidos al vapor y carnes a la plancha cortada en trocitos. De seguro también le gustarán las acciones de untar y mojar, de manera que podrías incluir vegetales crudos cortados en bastones más un dip de hummus, palta pisada o mantequilla de maní.

2. No dudes en incorporar comidas que precisen calentarse

La mayoría de los jardines escuela hoy día cuentan con microondas, por lo que no habrá problema si envías comida que deba ser calentada. Una buena idea es sumar, por ejemplo, quesadillas de queso, pizza o algo de pasta con una salsa sabrosa.

3. Intenta que las porciones sean pequeñas

La lunchera de los niños (así como las comidas de los adultos) debe siempre ser variada y, en lo posible, divertida. Las raciones pequeñas le brindan al niño alternativas de comer aquello que él prefiera, en el orden que mejor le parezca, lo que resulta más entretenido para el niño que un solo plato de una sola comida.

4. No olvides el postre

Además del típico plato fuerte salado, resulta interesante incluir algún postre. Las frutas son siempre una alternativa fácil y saludable, pero también puedes optar por añadir galletitas con avena u otro cereal, algún trozo de budín integral o un yogur. Es importante recordar que los frutos secos y algunas semillas pueden incorporarse a la dieta a partir del año de edad.

Además de tener en cuenta estos tips, recuerda que las comidas caseras serán siempre una alternativa más saludable, rica (¡y económica!) que bien puedes preparar un día y luego ir freezando en porciones. De esta manera, te facilitarás aún más la tarea del almuerzo.

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