Hace pocos días tuve la oportunidad de dictar una sesión de Zumba® Gold* en el gimnasio en donde trabajo, esta era una clase que por meses no hacía y fue para mí muy grato recordar la gran contribución positiva de toda actividad física en la calidad de vida de los adultos mayores.
La inactividad acelera el envejecimiento


Siempre escuchamos que debemos incorporar programas de ejercicios a las tareas diarias de carácter multidimensional que produzcan mejoras en capacidades fisiológicas, emocionales y psicológicas. Personalmente, considero que este tema debe ser obligatorio y adecuado, en especial en la población mayor.

Aunque no nos guste hablar de esto, es importante ser conscientes de que el envejecimiento conlleva una serie de cambios a nivel cardiovascular, respiratorio, metabólico, músculo-esquelético, motriz, entre otros, que reducen la capacidad de esfuerzo y resistencia al estrés físico de los mayores, comprimiendo asimismo la autonomía, calidad de vida, habilidad y capacidad de aprendizaje motriz.
La actividad física se reduce con la edad y constituye un indicador de salud. La reducción del repertorio motriz, junto con la lentitud de los reflejos y descenso del tono muscular en reposo, entre otros factores, provocan descoordinación y torpeza motriz.
Las personas mayores tienden al sedentarismo excusándose en los dolores que frecuentemente padecen. No obstante, si incluimos actividades de carácter multidimensional que procuren mejoras en capacidades fisiológicas, emocionales y psicológicas lograremos promover la prevención de enfermedades, mantener la independencia motora y sus beneficios sociales, afectivos y económicos.
Me refiero a enfermedades coronarias (a través del control de la presión arterial, de la obesidad y la diabetes), prevención de la osteoporosis y de la depresión en el adulto mayor.
Con respecto a este último punto, la actividad física en el adulto mayor puede ser considerada también como una actividad recreativa que este grupo de personas puede realizar con el fin de lograr otros objetivos (no fisiológicos) como por ejemplo: liberación de tensiones emocionales, reafirmación personal e interacción social.
Paralelamente, un buen trabajo muscular localizado es de gran beneficio para esta población, ya que permite tonificar los músculos, mejorar la fuerza y movilidad; sin embargo, hay que extremar los cuidados de prevención de lesiones en cuanto a las posturas riesgosas.
Ejercicios sugeridos para adultos mayores

Nadar, bailar, hacer yoga, caminar, trotar, bailar, andar en bicicleta, realizar gimnasia suave, paseos y excursionismo, así como andar en bicicleta son las actividades más recomendables para quienes rebasan la sexta década de vida, porque con la práctica periódica de las mismas se obtiene mayor resistencia, flexibilidad física y bienestar mental.
Especialmente, es necesario realizar ejercicios que mantengan a la persona activa por largos periodos sin fatigarse.
Flexibilidad: implica actividades que facilitan que el adulto mayor tenga mayor agilidad con la realización de ejercicios que les requieran movilidad en las articulaciones. En este rubro se ubica el baile, el yoga y el tai-chi, aunque tareas cotidianas como trapear, lavar y encerar el carro, así como la jardinería, también son útiles para este objetivo.
Fuerza: de vital importancia porque ayuda mucho al adulto a prevenir osteoporosis y caídas, ambas altamente frecuentes en personas pertenecientes a este grupo de edad. Para lograr fuerza muscular se recomiendan actividades muy sencillas y a la vez de gran utilidad, como cargar las bolsas del supermercado, hacer pesas, subir y bajar escaleras, sentarse y levantarse varias veces de la silla.
Bienestar mental: Una de las estudiantes que más llamó mi atención durante la sesión dijo “Haré ejercicios hasta el día en el que Dios me llame”, de 70 años e hipertensa. “Al bailar, se produce más endorfina, la hormona de la felicidad”, dice.
De acuerdo a la Escuela de Enfermería Sinclair (Argentina), una actividad tan divertida y amena como bailar es una potente herramienta para mejorar el equilibrio, la movilidad, reducir las caídas y mejorar el estado anímico en los adultos mayores.
Esta entidad realizó un estudio basado en el papel del baile sobre la salud y la conclusión a la que llegaron es que “las intervenciones creativas, como los tratamientos con bailes, tienen el potencial de reducir significativamente las caídas en las personas mayores”.
Los bailes típicos son una buena opción

Asimismo, en Argentina se practica la “ tangoterapia”, la cual como indica su nombre, emplea el tradicional baile del tango para mejorar la salud. Esta alternativa, al ser un ejercicio moderado y de muy bajo impacto, no solo ayuda a mejorar los niveles de colesterol y fortalecer el sistema cardiovascular sino que también ayuda a combatir el estrés, la depresión y la ansiedad.
En Estados Unidos, profesionales han estudiado el efecto del baile incorporando pasos de bajo impacto al son de la música y concluyendo que los adultos mayores presentan –luego de un tiempo de práctica– “un mejor equilibrio, caminar y funcionalidad general“.
Por lo tanto, aprovecho para recomendar a aquellos profesionales que cuidan de personas pertenecientes a la tercera edad que consideren e incluyan este tipo de terapias para mejorar su potencia física y reducir el riesgo de caídas, además de mejorar su humor y su sociabilización.
En Colombia podemos practicarla en diferentes lugares autorizados, como por ejemplo Studio Sound. No olvidemos que es de suma importancia el fomento de la actividad física en todas las personas, como factor favorable para mejorar la calidad de vida y más aún en personas adultas, en las que esta misma se ve reducida generalmente por la dependencia y las enfermedades crónicas.
El mensaje de hoy es… ¡ La inmovilidad e inactividad es el mayor agravante del envejecimiento! Por mi lado, continuaré promoviendo la realización de Zumba® Gold con mi población mayorcita.







