Hoy en día, las modas se superponen unas a otras con mayor facilidad, y la aparición de nuevas tribus urbanas o subculturas se produce más asiduamente, obedeciendo a unas características mucho más marcadas.
Kiki, la subcultura que invade las calles de Nueva York a través del baile

La última subcultura ha surgido en Nueva York, está estrechamente relacionada con el colectivo LGBT y se llama Kiki. ¿Quieres saber más?
Kiki: la fiesta de las mil identidades
En los años 20, el barrio de Harlem se convirtió en el perfecto escaparate para las primeras exhibiciones de transexuales como celebración de la diversidad sexual. Un primer referente que, en los años 60, acogió a una comunidad negra cuyos miembros marginados comenzaron a organizar sus propias familias, llamadas "houses".
Estas casas se conformaban por personas de diferentes razas, colores y etnias que, al ser rechazados por el resto de la sociedad, se aglutinaban en grupos en los que cada miembro asumía un rol: la madre que cocina, el padre que riega el jardín, etc...
Por último, faltaba expresarse, necesidad en la que entra la cultura ballroom ( casa de baile), la cual destaca por la ejecución y representación de diversas artes escénicas, dresscoding y, ante todo, expresión, mucha expresión.
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Una subcultura que invade las calles de Nueva York
En los años 80, el auge de la comunidad gay y la prevención ante enfermedades nuevas como el VIH, llevó a varios miembros de la comunidad LGBT (desde lesbianas hasta gays, pasando por transexuales) a refugiarse en lugares sanitarios de Harlem como el Gay Men's Health Crisis o el Hetrick Martin. Este último en concreto inició, bajo ningún ánimo de lucro, la acogida de diferentes personas a las que dividió en diferentes "houses". De esta forma explotó el movimiento conocido como kiki (expresión informal de "diversión") a modo de refugio para personas homosexuales o transgénero que, a causa de la marginalidad, el bullying o el rechazo acudían a un lugar en el que integrarse y, ante todo, brillar.
En los ballrooms y houses que se extienden por barrios como Harlem se dividen a las personas en función de los géneros o roles: Butch Queens, Femme Queens, Butch Queens up in Drag, Butches, Women, Men and house parents. Y a su vez, estas nuevas familias impensables en cualquier otro lugar del mundo, pueden expresarse poco después mediante el baile.
A lo largo de los últimos meses, quizá como respuesta a los atentados acontecidos en el club Pulse de Orlando, la asistencia y participación de miembros LGBT en la escena kiki de Nueva York se ha disparado, atrayendo hordas de miembros que acuden en masa a los suburbios de la Gran Manzana para ver representados el famoso catwalk, el vogue o el shading, poses y coreografías que, más que bailes, definen la expresión de personas únicas, auténticas, a menudo embadurnadas en neones, dorados, pelucas y música hip hop.
El documental Kiki, de la directora sueca Sara Jordenö y escrita por Twiggy Pucci Garço, una de las grandes personalidades afroamericanas de la escena kiki, es un buen ejemplo de esta nueva subcultura.
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Así es la subcultura kiki: un sistema familiar en el que tienen cabida personas de todo tipo, color, raza e identidad sexual, cuya forma de lucirse ante el mundo pasa por la escena ballroom, sus bailes liberadoras y la autoconfirmación de personas que, en otra situación, seguirían siendo víctimas de la intolerancia.








