La globalización ha permitido que las diferentes culturas interactúen entre ellas, compartiendo su visión del mundo mediante la moda, la religión, el entretenimiento o la tradición de un determinado enclave. En ocasiones, este fenómeno puede provocar un intercambio cultural más que necesario en los tiempos que corren mientras, en otras, la apropiación cultural se convierte en el aspecto más polémico de este movimiento.
Apropiación cultural: ¿Cuántos de nuestros hábitos son originales de otras culturas?

Cuando la cultura se distorsiona
Una vez un italiano elaboró una pizza en Estados Unidos. Hoy día algunos siguen pensando que la pizza es estadounidense. En 2013, la cantante Miley Cyrus puso de moda el twerking, un baile africano cuya apropiación no gustó a muchos miembros de la cultura negra. A menudo vemos las pashminas y palestinos en torno al cuello, los tatuajes de henna en las manos o la presencia de un colgante de la Mano de Fátima de cuyo simbolismo aún no estamos seguros pero cuyo diseño nos encanta.

Durante las últimas décadas, y más especialmente tras la aparición de Internet y la dinamización de la información, la capacidad para "sustraer" aspectos de culturas lejanas o exóticas y aplicarlos a la vida cotidiana de Occidente se ha convertido en una costumbre, incluso en tendencia. He ahí donde radica la polémica de la apropiación cultural, el uso o fomento de aspectos de otras culturas que apenas conocemos, algo que no solo lleva a potenciar los estereotipos, sino que distorsiona la esencia de esas culturas hindú, árabe o africana.
De ahí que muchos hayan convertido su lucha contra este fenómeno en su razón de ser, concienciando a las personas a promover los intercambios culturales antes de lucir un determinado atuendo, pues solo así se podrá tener derecho a "tomar prestado" algo de esa otra cultura.
Una delgada línea
Durante los últimos años, muchas personas se han empeñado en denunciar el intercambio cultural aportando razones más que convincentes, sin embargo, la realidad reside en una delgada línea en la que separar intercambio cultural de la apropiación no es tan fácil, al igual que tampoco es solo Occidente el encargado de "robar" esas ideas, si bien por el hecho de ser una potencia dominante se la considere culpable de este movimiento.
Por ejemplo, durante mi viaje a la India, un hindú lucía como fondo de pantalla de su teléfono móvil una fotografía de Zac Efron en sus tiempos de peinados imposibles, siendo este el prototipo occidental que inspiraba a esa persona de diferente etnia. A su vez, en Japón construyen parques temáticos sobre España inspirados en el flamenco y las sevillanas, mientras que en China la paella es elaborada en un wok en lugar del recipiente apropiado.

Nadie escapa a la apropiación cultural, de hecho muchas veces la misma deriva de un intercambio cultural cuyas primeras intenciones son buenas, pero que acaban sucumbiendo a la posterior influencia en personas que poco o nada sabe de una cultura. Por ejemplo, las mujeres de la tribu Ndebele, al norte de Sudáfrica, exportaron por sí mismas los diseños con los que pintaron sus casas tribales en forma de prendas de ropa convertidas, hoy día en tendencia y lucidas por gente que no sabe de dónde proceden esos diseños.
Por otra parte, el yoga que comenzasen a practicar los primeros yoguis de la India en Occidente hoy día ha desembocado en una práctica concebida por muchos incluso como un "deporte" de competición, cuando dista bastante de ser solo una mera serie de ejercicio armónicos.

La diferencia entre apropiación e intercambio cultural cada vez se vuelve más pequeña, por lo que si tuviera que daros un consejo este sería, simplemente, conocer el mundo antes de vestiros con él, de coméroslo y ante todo, de distorsionarlo.
La apropiación cultural se ha convertido en uno de los aspectos más polémicos de la globalización al tratarse de un movimiento en el que personas que apenas conocen un ápice de una determinada cultura utilizan elementos de la misma, potenciando los clichés, prejuicios y etiquetas que proyectan una imagen distorsionada de países como la India, China, Marruecos y sí, también alguno que otro occidental.
¿Qué opinas de esta apropiación?







