Un problema muy común que nos afecta en mayor o menor medida a todos es el de los hongos en la piel. Nuestra piel es vulnerable ante ellos, y por ende debemos tomar precauciones y conocer un poco más la naturaleza de los hongos.
Hongos de la piel

Los hongos de la piel crecen mejor en zonas cálidas, húmedas y oscuras. Por lo tanto en los seres humanos, los hongos que crecen en la piel, especialmente en los pliegues (por ejemplo, en el pecho, la ingle y las axilas), o en las membranas mucosas (por ejemplo, la boca y los genitales).
Las infecciones más comunes son la candidiasis (infección por hongos en la boca) y la onicomicosis (infección por hongos en las uñas). Algunas infecciones por dermatofitos comunes incluyen el pie de atleta y la tiña.
Los síntomas de la infección por hongos varían en función del tipo de infección presente, pero pueden incluir erupción de la piel y picazón (prurito). Las infecciones por hongos pueden ocurrir cuando el sistema inmune está debilitado, el estrés o ciertos medicamentos. Las infecciones por dermatofitos pueden propagarse debido al contacto con los seres humanos, animales infectados o con objetos contaminados.
Las infecciones micóticas de la piel son diagnosticados por el examen físico, los raspados de piel y el examen de las muestras de piel bajo el microscopio, y de cultivos de hongos. En ocasiones se lleva a cabo una biopsia de la zona afectada.
El tratamiento para los hongos consiste en la aplicación de cremas antibacteriales, así como medicamentos orales. Muchas de las cremas antimicóticas de uso tópico están disponibles como medicamentos sin receta médica. Sin embargo, los medicamentos orales sólo están disponibles bajo la prescripción del médico, debido a sus efectos secundarios. Por ejemplo, pueden causar dolores de cabeza, náuseas, y raramente, daño temporal al hígado.
El consumo de bebidas alcohólicas está prohibido durante la terapia oral contra hongos, ya que puede aumentar el daño en el hígado e interferir con la efectividad de la medicación.
Las infecciones micóticas de la piel generalmente se pueden prevenir manteniendo una higiene adecuada. Es importante mantener la piel limpia y seca, usar ropa limpia todos los días y evitar el uso de artículos personales de otras personas (por ejemplo, toallas y artículos de tocador).






