Si en la Edad Media, a una damisela chismosa se le ocurría inventar algún suceso, pocas eran las probabilidades de que esa mentira volara más allá de su pueblo. Hoy en día, basta con tener acceso a un ordenador para que cualquier disparate trascienda fronteras. De hecho, esto ha sucedido con las siguientes cosas por las que debes dejar de preocuparte.
Cosas por las que debes dejar de preocuparte


8 vasos de agua al día
Todos hemos escuchado alguna vez que, para poder disfrutar de una vida sana, debemos tomar 8 vasos de agua al día. Lo cierto es, sin embargo, que puedes obtener el agua que necesitas para mantenerte hidratado de otras fuentes, como los jugos, el té, la leche, las frutas y las verduras. Incluso el café es muy útil para saciar la sed –más allá de su reputación como buen diurético. Pues, si bien todas las bebidas con cafeína te hacen eliminar líquidos, al mismo tiempo te aportan cantidades significativas de agua.

Estrés = canas
Muchas investigaciones científicas han demostrado que el estrés envejece. De hecho, este estado de preocupación constante incrementa los niveles de radicales libres –moléculas que atacan a las células sanas y aumentan la producción de hormonas del estrés. No obstante todo ello, no hay aún ninguna evidencia científica que demuestre cabalmente que el estrés termina por encanecer el pelo.

Mala luz, peor visión
¿Qué madre no ha dicho alguna vez "no leas con tan mala luz o dañarás tu vista"? Lo cierto es que leer con luz tenue fatiga los ojos y hace que los entornemos bastante –lo que puede ocasionar dolores de cabeza. Sin embargo, esto no causa ningún daño permanente –salvo patas de gallo.

La maldad del café
"El café es delicioso, por tanto no debe de ser muy bueno...". Es probable que este pensamiento haya cruzado la mente de más de una persona. Pero, la verdad es que esta infusión tiene muchísimos beneficios: aporta antioxidantes, agudiza la concentración y disminuye los riesgos de padecer cáncer de colon y de hígado.

Los huevos y el corazón
En las décadas del 60 y del 70, los científicos vincularon las enfermedades cardíacas con el consumo de huevos. Ahora bien, estudios más recientes han demostrado que es la ingesta de grasas trans y de grasas saturadas la que incrementa los riesgos de sufrir enfermedades cardíacas.

La supremacía de lo fresco
Cuando se trata de comer frutas y verduras, todos priorizamos las frescas a las congeladas. Sin embargo, estas últimas pueden ser tan nutritivas como las primeras. El congelador no les quita el valor nutritivo a las frutas y verduras; el contacto con el calor, el aire o el agua, sí.

Los resfriados y el frío
La voz maternal aún resuena en la memoria de todos: "Si te enfrías, terminarás por resfriarte". Pero, mamá no tenía razón. El frío no afecta tu sistema inmune, salvo que sea muy extremo –como en el caso de la hipotermia. Para resfriarte, tienes que estar expuesto al virus que causa esta enfermedad. La razón por la que las personas se resfrían más en invierno no es la temperatura, sino el hecho de estar con mucha gente en espacios reducidos.
Esperamos que esta información te haya liberado de preocupaciones innecesarias. Después de todo, la vida es demasiado bella, como para que la desperdicies en falsedades.









