Consejos para ejercitar correctamente el cerebro

El cerebro puede entrenarse, es un hecho. ¿Cómo lo sabemos? Porque es capaz de generar nuevas conexiones neuronales, no sólo en la infancia, sino que también en la edad adulta: un fenómeno conocido bajo el nombre de neurogénesis. Los daños provocados por el tiempo que pasa no son irrevocables. Veamos cómo se puede ejercitar el cerebro.

#1 Ejercicio cerebral específico

Los estudios han demostrado que, aunque existen numerosas actividades para ejercitar el cerebro, no todas son eficaces. Después de haber realizado una tarea un cierto número de veces, "nos acostumbramos". El cerebro desarrolla sus propias estrategias para enfrentarse al problema que debe resolver: nos volvemos buenos en una tarea específica gracias a la práctica diaria.

#2 Meditación

Hace algunos años, unos científicos americanos demostraron que la meditación, independientemente de su práctica espiritual, tenía efectos múltiples y beneficiosos sobre el cerebro. Unos estudios observaron a expertos en meditación gracias a la técnica del neurofeedback y confirmaron que eran capaces de generar conscientemente ondas cerebrales alfa, vinculadas a estados de relajación intensa. La práctica regular de la meditación es un método perfeccionado para combatir la ansiedad y el estrés, las grandes enfermedades de nuestra sociedad.

#3 Neuronutrición

Adoptar una dieta equilibrada mejora nuestra calidad de vida. Por eso, la neuronutrición es uno de los pilares de la salud cerebral. Los expertos recomiendan el régimen mediterráneo como referencia que reúne todas las condiciones requeridas para tener un cerebro en buena salud.

#4 Ejercicio físico

Cuando hacemos ejercicio secretamos endorfinas, las hormonas del placer. No es la primera vez que se oye que el deporte cambia la vida de las personas. Los estudios demuestran que hacer ejercicios cardiovasculares siguiendo los ritmos de pulsaciones que corresponden a cada persona y durante un tiempo determinado, mejora la salud del cerebro.

#5 Lectura

Esta es una de las mejores actividades cerebrales que puede existir. La lectura mejora nuestra reserva cognitiva y, cuando envejecemos, la capacidad del cerebro que compensa los daños cerebrales generados por el envejecimiento o las patologías. La lectura estimula la actividad cerebral y refuerza las conexiones neuronales. Es una protección importante frente al desarrollo de enfermedades como el Alzheimer. Además, leer puede reducir los niveles de estrés, ayudar a desarrollar el lenguaje, a mejorar la atención y la concentración.

Mantener relaciones sociales, aprender idiomas y vivir nuevas experiencias favorecen el desarrollo del cerebro. Utilizamos sólo un porcentaje débil de nuestra capacidad neuronal, porque no solicitamos bastante nuestro cerebro: estamos demasiado acostumbrados a una rutina de vida privada de desafíos y de novedades. Y tú, ¿te animas a desafiar al tuyo?

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