6:35 a.m. Suena tu (primer) despertador, no saltas de la cama ni te sorprende, porque ya estabas despierto. Te tomas unos dos minutos para levantarte y no permitir que la siguiente alarma suene.
Cómo vencer el estrés laboral y ser doblemente productivo en 4 pasos
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La mayoría de las mañanas te levantas ''solo'', porque de hecho has estado gran parte de la noche desvelado pensando en cómo resolverás ese problema, en qué sucederá con aquel otro y en cuál será la cara de tu jefe cuando le comuniques aquello. Este panorama refleja un síntoma muy claro (además de insonmio): estrés. Y si bien determinado grado del tan popularizado ''estrés'' es normal e incluso motivante, cuando se torna excesivo puede ser muy dañino para el cuerpo y la mente.
Y a pesar de que es muy difícil lidiar con él y muchos no tenemos ni una pista de por dónde comenzar, nuestra salud nos exige que lo hagamos. Es necesario reconocer que hemos alcanzado nuestro límite y que es hora de tomarnos un descanso.
¿No sabes cómo resolver esos asuntos pero solo sabes que el estrés te lo impide? Puedes comenzar por llevar estos consejos a la práctica...
Identifica el problema
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Si cortamos la raíz de todo lo que nos atormenta, nuestro nivel de estrés será mucho más bajo. El error más común que se comete es no enfrentar lo que nos provoca estrés, pero lo único que se logra con eso es agrandar el problema. Una vez que reconocemos que el principal productor de estrés es la presión bajo la que trabajamos o la mala relación con nuestros compañeros de trabajo y nos proponemos tomar acción en ello, ya estaremos a medio camino de resolverlo.
Ten en cuenta que el estrés no solo es muy nocivo para la salud física, sino que también no priva de enfocarnos en nuestro trabajo y reduce nuestra productividad.
Escucha a tu cuerpo
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Cuando atravesamos épocas muy estresantes, solemos ignorar las señales que nuestro cuerpo nos da. Es muy importante no perder de vista que necesitamos darle tiempo para relajarse luego de una larga jornada.
Cuando el cuerpo se encuentra bajo mucha presión, libera una hormona denominada cortisol que nos ayuda a lidiar mejor con las tareas más desafiantes. Pero si el estado de estrés es constante, la función del cortisol se torna insuficiente. Por lo tanto, te corresponde a ti actuar para aliviar a tu cuerpo... y de hecho lo único que tienes que hacer es no hacer nada o realizar una actividad que lo único que te provoque es placer y relajación.
Si no se te ocurre qué puedes hacer encontrarás un montón de alternativas tales como el yoga o la meditación.
La clave está en el orden
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Cuando nuestra agenda y nuestras tareas navegan en un mar de desorganización, se construye un ambiente muy propicio para que el nivel de estrés se potencie. Pero si logramos organizar nuestros horarios y planificar nuestro día, ya habremos eliminado una peligrosa fuente de estrés.
En la actualidad, no tenemos excusas para no hacerlo, ya que contamos con apps y programas muy útiles para la organización.
Comparte tu situación
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En algunos casos la mejor y más efectiva terapia puede ser hablar sobre nuestro problema con alguien y así sentir que nos liberamos de él (al menos por un rato). Tal vez la mejor opción es un amigo con el que no hablas demasiado seguido, para que logre brindarte una perspectiva diferente a la de personas que están familiarizadas (y cansadas) de tus problemas.
Otra alternativa para descargarte es a través de la escritura. Este es un muy buen camino para expresar todo lo que sientes e incluso percibirlo de otra manera.
Una vez que incorpores estos hábitos verás cómo te deshaces poco a poco de esa temible sensación que te succiona. Además de dormir toda la noche sin interrupciones, ya no despertarás antes que tu alarma. ¡Necesitarás dejar programadas al menos 3!