Comiste mal estos alimentos durante toda tu vida y no te diste cuenta, ¡hasta ahora!

Seguro disfrutamos estos alimentos de manera regular, pero ¿cuál es la mejor manera de aprovechar todos sus beneficios para la salud al máximo?

Mira cómo puedes alimentarte de forma más consciente y obtener más beneficios con los mismos alimentos:

1. El tomate

¿En general comes el tomate crudo? Casi todos lo comemos de esa forma, pero esta no es la manera más sana. De acuerdo a Rui Hai Liu, especialista en toxicología y nutrición, de la Universidad de Cornell, debemos calentar el tomate. 

«Esta investigación demuestra que calentar el tomate aumenta su valor nutricional», señala Liu, en la web de la Universidad. «Aumenta la cantidad de licopeno», un poderoso antioxidante que disminuye el riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas. 

¿Cómo consumirlo?

Comienza a calentarlo. Si bien el tomate caliente no es tan rico en una ensalada, queda bien en hamburguesas o como la base de una salsa. También, la pizza y las pastas le sientan muy bien a la versión caliente del tomate.

2. Las fresas

Según un estudio brasileño realizado a finales de 2011, la fresa entera contiene entre un 8 y un 12 % más de vitamina C que cuando se la corta. Si la vitamina C comienza a ver la luz y a estar expuesta al oxígeno, comienza a descomponerse. 

En ese sentido, la costumbre de cortar las fresas nos estaría privando de una parte de su vitamina C. Además, muchas personas cortan la fresa y luego las guardan en la heladera. Para no perder su vitamina C, ¡simplemente guárdalas enteras, sin cortar! 

¿Cómo consumirlas?

Debes consumirlas enteras. Si las vas a cortar, que sea en el momento. Mientras menos tiempo la fresa cortada esté en contacto con el ambiente o expuesta a la luz, más nutrientes conservará. 

3. El brócoli

¿Cómo consumes el brócoli? Si me dices «hervido o en el microondas», no estás eligiendo el mejor camino. Como señala un estudio de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, la cocción hace que se pierdan parte de sus nutrientes anticancerígenos. 

Además del brócoli, muchas verduras cuentan con sulforafano, que «es uno de los anticancerígenos más potentes que se encuentran en los alimentos», de acuerdo al comunicado de la universidad sobre el estudio en cuestión.

¿Cómo consumirlo?

El secreto está en «calentar el brócoli lo suficiente como para destruir la proteína que absorbe azufre, pero no lo suficiente como para dañar la enzima que libera sulforafano», de acuerdo a la científica Elizabeth Jeffery, directora del estudio.

En resumen, en vez de hervir la verdura o calentarla en el microondas, ¡cocínala al vapor! El vapor es un calor más lento y suave y no daña a la enzima del sulforafano. Otros alimentos altos en sulforafano son la col, la col rizada, la col de Bruselas y la coliflor. 

4. La comida congelada

¿Cuál es el error al consumir comida congelada? ¡No consumirla lo suficiente o creer que es mala! Es cierto, nada como la fruta y la verdura fresca, ¿verdad? No obstante, en países grandes como Estados Unidos, México o Argentina, estos alimentos pueden tardar días, semanas o incluso meses en ir desde la cosecha hasta los puntos de venta minoristas. 

De acuerdo a diversos estudios sobre la temática, el producto congelado puede conservar nutrientes y otras características tan bien como el producto fresco. Respecto a la vitamina C, la vitamina A o los carotenoides, la fibra y los minerales, los niveles fueron similares, en el producto fresco y en el congelado. 

No obstante, la disminución de los nutrientes en productos congelados es menos marcada que en productos frescos. La zanahoria, las fresas o un kilo de patatas perderán sus nutrientes mucho más rápido estando frescas (al natural), que estando congeladas. 

• Más información: «¿Los alimentos congelados pierden sus nutrientes?».

¿Cómo cambiarlo? 

Si tienes la posibilidad de conseguir frutas y verduras frescas, ¡adelante! Pero debes confirmar que estén frescas. En el caso de que no lo estén, es preferible comprar productos congelados.

Lo mismo si vas a guardar productos durante mucho tiempo en la heladera: mejor guardar productos congelados que frescos, pues los congelados pierden su valor nutricional de una forma más lenta. 

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