No hay mucho que puedas hacer al respecto: tu cara no es exactamente una cara amistosa y supersimpática. Pero no estás de mal humor. Es solo... tu expresión normal.
8 cosas que siempre te pasan cuando no puedes (ni quieres) controlar tu cara de antipático

Este eres tú

Y por ese aspecto ofuscado y un poco... hostil que a veces tienes, te suelen pasar estas 8 cosas. Muchas veces, sin que siquiera digas una palabra.
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1. Haces una pregunta y todo cobra un sentido lúgubre

"¿Tienes hambre?" no es una acusación, es una invitación a almorzar.
2. Cuando vas de compras, los vendedores se alejan de ti (y eso no está tan mal)

Eres perfecto para contrarrestar el sobrentusiasmo de los vendedores. Tu cara es la definición de anticlímax.
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3. Cuando dices algo lindo, es una gran sorpresa

Wow, no me quería matar después de todo. Es confuso. Es como vivir al filo de la navaja.
4. No necesitas decir nada para parecer amenazante, esa es tu mirada
Y tu mirada hace cosas.
5. Te temen y respetan (hasta que se dan cuenta de que no eres tan malo)

Nadie sabe de lo que eres realmente capaz. Deja que crezcan los rumores, MUAJAJA.
6. Afortunadamente, eres menos propenso a ser víctima de "charla de ascensor" (conversaciones para llenar el silencio, vacías y molestas)
— "Qué frío, ¿no?".
—"Sí".
Fin de la charla.
7. Tus amigos saben lo que es tener el honor de verte sonreír

Por paradójico que parezca, tu cara agradable disipa TODAS las tinieblas.
8. Tu sonrisa, tan rara, crea momentos especiales
Especiales, inquietantes, eso. Pero es 100 % sincera. ¿Qué te habrá hecho reír?
¿Tienes cara de antipático? De seguro, te mantiene alejado de un montón de cosas molestas.
Aunque...









