5 grandes errores que te están impidiendo avanzar en el trabajo

Los días pasan y tú continúas haciendo el mismo trabajo de siempre sin apenas cambios, siguiendo una rutina en la que no vislumbras esos sueños que siempre imaginaste.

Es probable, entonces, que estos 5 grandes errores que te están impidiendo avanzar en el trabajo. 

No valoras tu trabajo

La falta de valoración de nuestro trabajo por nuestra parte es el principal motivo que nos bloquea a la hora de poder realizar nuevos encargos y tareas. Exigir, o al menos luchar por lo que crees merecer, será vital a la hora de avanzar en tu trayectoria laboral, pues si tú no te valoras nadie más lo hará.

No te arriesgas

¿Qué serían de los cambios sin los riesgos? Nos cuesta imaginarlo. De hecho, todo gran empresario, visionario o ejemplo a seguir apostó por el riesgo a la hora de alcanzar sus sueños. Cambiar de trabajo, cobrar menos en los comienzos de ese nuevo empleo que te encanta y en el que podrás ascender, dar tu opinión a un superior acerca de lo que crees correcto o no, cursar estudios de esa materia que nada tiene que ver con tu actual trabajo pero podría suponer un buen vehículo para el futuro... Las opciones de riesgo son muchas y los resultados pueden ser aún mejores. 

No colaboras

Vivimos en una época en la que las influencias lo son todo, más aún si trasladamos la situación laboral al mundo de Internet. De ahí que negarnos a colaborar, opinar o gestionar asuntos laborales con otras empresas o contactos pueda convertirse en una compuerta que bloquee nuestra trayectoria, pues aunque solo nosotros sepamos hasta donde queremos llegar, muchas veces es necesario de colaboradores externos para allanar aún mejor el camino y permitir que las oportunidades broten más fácilmente.

No generas buena energía

La frase "cada uno recoge lo que siembra" (o la versión tradicional del karma) es más que aplicable a un mundo laboral en el que la mala energía que inspiras a tus compañeros, el retraso en tus tareas o tu escasa apertura al cambio se ven traducidos en similares consecuencias: un personal que no te aguanta, un jefe que no te despide por pena y, por supuesto, oportunidades laborales que nunca llegarán si no pones de tu parte. 

Eres demasiado neutro

Querer caerle bien a todo el mundo o ser demasiado entregado respecto a todo lo que te piden pueden ser dos gestos prometedores en un principio, pero a la larga te encasillarán y tirarán por la borda el carisma o diferencias que quizás sea tarde para dar a conocer.

Por otro lado, tener personalidad a la hora de jugar bien tus cartas, separar qué te conviene o no y tratar de aportar tu sello propio a la mínima ocasión son pasos que te permiten abrirte nuevas puertas y demostrar esa pasta diferente de la que estás hecho sin caer en etiquetas. 

Estos errores que te están impidiendo avanzar en el trabajo posiblemente ya formen parte de una trayectoria cuya rutina te ha nublado la vista e impedido tomar las riendas. Por suerte, siempre estás a tiempo de poder corregir esas conductas que hasta ahora te bloqueaban porque sí, nadie nace enseñado.

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