Apuesto que ante este título pueden venirte varias cosas a la mente: ¡Mejor uno comercial, lo compro y listo! o ¡Los caseros no contienen químicos ni son peligrosos! Pero la decisión no siempre es tan sencilla.
Productos de limpieza caseros VS. comerciales, ¿qué me conviene?

Hoy no voy a decirte algo que ya sabes, voy a hablarte acerca de algunas consideraciones que debes conocer antes de elegir comprar un producto de limpieza o formularlo en casa. ¡Léelo y después me cuentas!
Normas de seguridad

Cada producto de limpieza comercial es probado y envasado siguiendo las normas establecidas para tal fin. En el envase puedes encontrar información detallada acerca de cómo usar el producto, cómo almacenarlo y qué pasos seguir si se producen exposiciones accidentales (intoxicaciones).
Algunas etiquetas también especifican las precauciones que hay que tener al mezclar productos y hasta traen números de teléfono gratuitos en donde puedes obtener información adicional del fabricante.
Toda esta información no existe en las mezclas caseras. No sabes lo que puede pasar si el producto se mezcla con otro ni qué debes hacer en caso de que alguien lo ingiera. Será tú responsabilidad averiguar todo lo necesario para que tu mezcla sea segura.
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El embalaje

Los productos comerciales seleccionan envases y paquetes diseñados especialmente para garantizar la seguridad y preservar la vida útil del contenido. Con solo verlos ya sabes de que se trata de un artículo de limpieza.
En cambio, una mezcla casera no tiene un envasado especial. Un error que solemos cometer es embotellarlos en recipientes de bebidas o alimentos, algo potencialmente peligroso para la salud, si se confunde con algo para comer o beber.
Si haces tus propios productos en casa deberás encargarte de colocarlos en envases que no representen un riesgo.
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La cantidad a utilizar

Las etiquetas de los productos de limpieza comprados detallan la cantidad correcta a utilizar para lograr la máxima eficacia. Pero las mezclas que haces en casa no aclaran esas cantidades. Si usas de más puedes dañar las superficies y si usas de menos, fregarás más. ¡No es tan fácil!
Ahora ves que hay cosas que pensar antes de tomar una decisión sobre qué elegir: productos de limpieza comprados o hechos en casa. La lección que aprendimos hoy es que si vas a hacer tus propias mezclas deberás investigar bien y hacerlas de manera responsable, además de que los productos comprados ¡no son tan malos!



