Sydney Sweeney recreó una icónica escena de ‘El diario de la princesa’ en la Met Gala 2022
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Sydney Sweeney causó sensación dentro y fuera de la Met Gala 2022, ya que no sólo en los icónicos escalones del Museo de Arte de Nueva York dio un glamoroso espectáculo al desmontar su largo y voluminoso vestido para convertirlo en una pieza corta y ceñida al cuerpo.
Resulta que en la cuenta de Instagram de Tory Burch, diseñadora del ‘look’ que usó la actriz de ‘Euphoria’, se publicó un video recreando la escena en la que Anne Hathaway, en el papel de Mia Thermopolis, recibe un cambio de imagen para lucir como toda una ‘royal’.
La escena en la que Sydney Sweeney recreó a Anne Hathaway en ‘El diario de la princesa’
Hay que recordar que la película cuenta la historia de Mia Thermopolis, quien creció como una plebeya en San Francisco sin conocer que era la princesa de Genovia.
Por ello, cuando su abuela, la reina Clarisse Renaldi, le pide aceptar la corona tiene que pasar por un cambio de ‘look’ que resalte su belleza innata.
Bien, pues Sydney Sweeney se inspiró en dicha escena con el fin de mostrar su transformación para la Met Gala, y hasta añadió el diálogo original de 'El diario de la princesa': "Solo Paolo puede tomar esto y esto, para darle... una princesa".
Este fue el resultado:
Sydney Sweeney tuvo una espectacular transformación en la alfombra roja de la Met Gala
El diseño que la famosa portó al inicio de la ‘red carpet’ estaba conformado por un corsé de escote asimétrico adornado por varillas blancas ceñidas y definidas; un gran acierto al código de vestimenta elegido: ‘Gilded Glamour’.
En cuanto a la falda, la pieza iniciaba con una pequeña onda estilo peplum y debajo había una larga falda ampona de tul blanco con iridiscencia.
Una vez que Sydney subió por la escalinata del Museo de Arte de Nueva York se deshizo de la falda para así revelar una versión más corta y moderna del ‘look’.
En conjunto, todos estos elementos conformaron un atuendo perfecto para la ocasión porque la Era Dorada, o ‘Gilded Age’ por su término en inglés, ocurrió a finales del siglo XIX, cuando las familias adineradas por generaciones comenzaron a tener una lucha silenciosa contra ‘los nuevos ricos’ (por eso en este periodo de tiempo la extravagancia y opulencia eran claves en el estilo).
Los vestidos ampones, los metros de tul en las colas de los vestidos, las plumas en la cabeza, los peinados y los tocados extravagantes e incluso accesorios como las pieles o enormes joyas eran por excelencia sinónimo de glamour.
