La reina Isabel se dejó ver fuera del encierro acompañada de su animal de compañía favorito para retomar una de sus más famosas actividades.
A sus 94 años la reina Isabel todavía monta a caballo y sus fotos más recientes lo demuestran

A los 94 años, la soberana todavía muestra una fuerza increíble para montar a caballo.
La cuarentena requerida en cientos de países alrededor del mundo afectó también a los ricos y poderosos, entre ellos la familia real británica.
Todas las actividades de los monarcas ingleses se cancelaron, pospusieron o se modificaron para cumplirse vía remota para cumplir con las precauciones sanitarias más esenciales.
Los miembros de la realeza más activos, como William y Kate, continuaron con sus obligaciones gracias a videoconferencias con sus respectivas organizaciones y caridades.
Pero otros miembros de la familia se alejaron completamente de los eventos públicos y cancelaron todo tipo de reuniones para evitar la propagación del virus.
Tal es el caso de la reina Isabel, quien desde el comienzo de la pandemia dejó las actividades cotidianas del Palacio de Buckingham para recluirse al lado del príncipe Felipe.
Ahora, a dos meses de aislamiento por la pandemia, la reina se dejó ver nuevamente mientras realizaba una de sus actividades favoritas y que es toda una tradición entre su familia.
Montar a caballo es algo que siempre ha identificado a la reina, así como a sus descendientes, como la princesa Ana.
Click a la derecha para ver todas las fotos.
«La reina es fotografiada mientras monta a Fern, un pony de 14 años de edad, en el jardín de su hogar en Windsor durante el fin de semana. Su majestad ha disfrutado de las cabalgatas desde la infancia y está muy involucrada con el bienestar de los caballos que posee para crianza, cabalgatas y carreras.»
Como bien indica la publicación del palacio, la reina ha sido un fanática de los caballos desde una tempran edad.
Y dicha tradición se ha pasado a través de las generaciones.
Su hija, la princesa Ana, heredó el gusto por los caballos a tal grado que comenzó con lecciones de cabalgata y llegó a competir en los Juegos Olímpicos celebrados en Montreal en 1976.
Pero el amor por los equinos no quedó ahí: la hija de Ana, Zara Tindall, también siguió los pasos de su madre y llegó a los Juegos Olímpicos de 2012 como parte del equipo de Gran Bretaña.

El equipo inglés ganó una medalla de plata.
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