6 señales que te están indicando que sufres estrés por tu trabajo

Dicen que cuando la vida era más sencilla, el estrés no existía. Se comerciaba o ejercía el trueque, se trabajaba mientras había luz y no existían términos como perder el autobús.

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Luego llegó la vida moderna con sus grandes ventajas y sus no pocos destacados inconvenientes y, sin darnos cuenta, nos fuimos sumiendo imperceptiblemente en un ritmo de vida cuyas exigencias nos agotan y no siempre somos capaces de dar la talla.

Grandes distancias a recorrer cada día para ir al trabajo con diversos medios de transporte y tráfico endemoniado, emperesarios que minimizan gastos a base de encargar a una persona el trabajo de varios, poco tiempo para el descanso y la vida familiar... estos factores rara vez no acaban desembocando en el temido estrés, término con el que hoy ya todos estamos sobradamente familiarizados.

Pero hay unos claros síntomas con los que el estrés empieza a manifestarse y como en ocasiones son pequeñas cosas que no siempre apreciamos, te vamos a mostrar algunos ejemplos de lo que pueden ser los primeros síntomas. No pierdas detalle.

#6 ¿Quién ha subido el volumen de todo?

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¿Te has encontrado en el autobús desplazándote hacia tu trabajo y has sentido más que nunca cada ruido allí adentro? ¿El simple llanto de un niño se te hace insoportable y te retumba en tu cabeza como si te fuera a estallar?

A no ser que la criatura posea el poder de la supervoz o una garganta de acero, esta intensificación tan molesta de los sonidos no se debe a ella, sino a ti. Así que descartando teorías mutantes en los niños, posiblemente es que el estrés se empieza a manifestar en tu interior y, en consecuencia, te sientes estremecido y agobiado con cualquier sonido mínimamente estridente. ¡Atención!

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#5 Cuando duermes sigues trabajando

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El tremendo poder del subsconciente campa a sus anchas mientras duermes. Y una clara señal de que sufres estrés es que se manifieste en tus sueños y así, pasas el día trabajando en la oficina y la noche trabajando mientras duermes. Ésto tiene un efecto muy negativo porque pasar la noche soñando con todas tus tareas del trabajo te llevará a despertar con una sensación de cansancio y de no haber desconectado.

#4 Las conversaciones te agobian

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Si has llegado a ese momento en que una conversación más allá del saludo cordial te molesta, estás experimentando otro síntoma de estrés. Y es que en este estado, las conversaciones largas te agotan.

Si es al teléfono, recorres la habitación con la mirada y te evades mientras buscas la excusa para colgar de la forma más cordial posible y, si es en persona, la situación se convierte en una auténtica tortura. Lo más probable es que quieras salir corriendo y que nadie te hable. Así que hazlo y no mires atrás, tu mente estresada agradecerá un poco de paz.

#3 Acumulas tareas en tu escritorio y en tu mente

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Nunca imaginaste que tu mente se pudiera disparar de semejante forma. Y sí, es posible. Estás realizando una tarea de forma totalmente mecánica porque tu pensamiento no está allí, sino en las otras cinco tareas pendientes que tienes para ese día.

Así que la saturación mental es extrema y el estrés aparece impidiendo que nos centremos en un solo quehacer y lo podamos llevar a cabo de una forma efectiva y más rápida. Este batiburrillo de ideas no es bueno así que tómate unos minutos para serenarte y organizar las cosas una por una.

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#2 Dormir ya no basta

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Un aviso del estrés y también una consecuencia es el agotamiento. Un cansancio normal se produce con el día a día en el trabajo y crece cuando, tras la dura semana, se va acercando el viernes. Pero si después de un fin de semana en el que has tenido tiempo para descansar y desconectar del trabajo, vuelves a empezar la jornada con el mismo cansancio, ésto sin duda es estrés. Si además se acompaña de desgana o apatía, no hará mas que confirmarse el hecho.

#1 No habrá paz para los estresados

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El hecho de buscar paz en las más simple de las cosas, es otra importante señal de tu estrés. Necesitas huir y relajarte como si te fuera la vida en ello y es que estás en ese punto en que algo tan simple como ir a la peluquería y que masajeen tu cráneo te hace sentir un gran alivio. Así que no dudes en disfruar de esas pequeñas cosas que te hagan liberarte.

Y, resumiendo, date un capricho, escapa cuando puedas, desconecta y no aguantes ruidos ni conversaciones que no te apetezcan porque tu salud está por encima de los compromisos. Practica yoga en tus horas libres, saca el lado de humor en las cosas y, cuando notes que llega el estrés, relájate y haz el ejercicio de meditación de dejar tu mente en blanco unos minutos. Puedes con ello.

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