Bart, no quiero asustarte, pero hay varias películas de Dragon Ball en versión live action... aunque puede ser que tu memoria las haya borrado para proteger tu salud mental.
Dragon Ball tiene un live action coreano y es mejor que Evolution

Quizá parezca lo contrario, pero la verdad es que Dragon Ball: Evolution no es producto de un mal sueño.
Si no la recuerdas, es la versión hollywoodense de Goku y sus amigos, pero tuvo una historia tan mala que destruyó la carrera de su protagonista, Justin Chadwick.
Lo interesante es que no es la única película live action de Dragon Ball (ni tampoco la primera).
En el pasado existieron otras versiones que no tuvieron el mismo presupuesto que Evolution, pero fueron más apegadas a la historia original.

Una de ellas fue creada en Corea del Sur y se llama Dragon Ball: Ssawora Son Goku, Igyeora Son Goku (algo así como Vamos Son Goku, pelea Son Goku).
En 1990, la popularidad del manga de Akira Toriyama ya había explotado y los productos promocionales de la franquicia abarrotaban las tiendas asiáticas.
Ahí fue cuando un grupo de fanáticos de la serie decidió rendirle tributo con una película de casi dos horas de duración.
La cinta muestra la historia de Son Goku y Bulma mientras buscaban por primera vez las esferas del dragón y era bastante fiel a la versión original.
Incluso aparecían personajes como Oolong —que era un sujeto con una cabeza de cerdo— Milk, Yamcha, Muten Roshi, Ox Satán y Puar —representado por un lindo peluche que fumaba cigarrillos, por alguna extraña razón—.

El enemigo principal, tal como ocurriera en el manga, era Pilaf, quien en esta ocasión tenía de asistente a Mai, capaz de transformarse en poderosos animales para atacar a sus enemigos.
En cuanto a Shu, el perro ninja, fue reemplazado por una especie de lobo cibernético con un terrible maquillaje.

Con el objetivo de hacer más amenazante a Pilaf, los creadores de esta historia decidieron darle poderes similares a los de un Sith de Star Wars, pues utiliza sus manos para lanzar rayos de electricidad rojos.

La película tiene muchos problemas (como todo buen live action de una serie anime) entre los que destacan el bajo presupuesto, las malas tomas que pretenden dar un sentido de movimiento pero sólo te marean, y que todo se ve plastificado.
Incluso hay momentos en que el báculo sagrado se dobla como un rollo de foami.

Para ponerle una cereza a este pastel, las actuaciones de la mayoría de los actores son sobreactuadas (como Pilaf) o dejan mucho qué desar, como Seong Tae-Heo, el actor que interpreta a Goku.

Por el lado amable, hay cosas muy bien hechas: como capitalizar adecuadamente la historia y apegarse a momentos icónicos de la serie, por ejemplo cuando Milk conoce a Goku y sujeta su cola en la nube voladora.

También el encuentro con Muten Roshi y la tortuga son bastante buenos, divertidos y fieles a la historia original.
Además, dejan fuera algunas escenas de mal gusto, como cuando Bulma se levanta la pijama para que vieran su ropa interior, pero ella no traía nada abajo.
También las coreografías son bastante acertadas en algunos momentos, pues parece que eligieron a algunos artistas marciales para crear estas partes de la película, lo que se nota por su gran flexibilidad y velocidad al pelear.
Por si fuera poco, es la única versión en toda la historia de Dragon Ball en donde Oolong puede utilizar el Kame Hame Ha junto a Goku.
A eso se le suma que, por alguna razón que no se conoce a menos que sepas coreano, la tortuga del maestro Roshi llega a salvar el día con artes marciales. Gracias a este poderoso reptil, logran derrotar a Pilaf (wut?).

Si tienes un par de horas libres y quieres reír un rato, ve los primeros episodios de Dragon Ball o esta película, con lo que te darás cuenta que Vamos Goku es tan mala que es buena de manera no intencional. Como extra, está en YouTube completa, aunque no tiene subtítulos.
¿Verías esta curiosa película de Dragon Ball o ya la has visto?
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