Falsas creencias sobre el consumo de carnes

El consumo de carne tiene tanto detractores como defensores, cada cual esgrimiendo sus propios argumentos. Los que la defienden hablan acerca de sus beneficios y las proteínas que ningún otro tipo de alimento tiene.

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Por su parte, los críticos señalan sus contenidos nocivos para el corazón y la multitud de bacterias que traen consigo.

iMujer te trae algunas de las creencias más arraigadas que existen acerca de la carne y te cuenta qué tan acertadas resultan ser.

La carne es buena para las personas con anemia

Verdadero: La carne (en especial las carnes rojas) tiene cantidades generosas de hierro que ayudaría a todo aquel que tenga problemas de anemia. Si bien es cierto que verduras, cereales y frutas también tienen este ingrediente dentro de sus componentes, la carne posee mayores porcentajes, por lo que es más recomendada

El consumo de carne se relaciona con hipertensión e infartos

 
Verdadero y Falso: Este es uno de los aspectos donde más se ha satanizado la carne y los estudios se han presentado parcializados. Es cierto que el colesterol presente en las grasas de la carne es nocivo, pero solo cuando hablamos de las grasas saturadas malas que son una pequeña proporción frente a las grasas saturadas buenas, que son indispensables en toda buena alimentación.

Adicional a esto los estudios que indicaban el perjuicio del consumo de carne olvidaban el impacto de otras malas costumbres como el sedentarismo y el hábito de fumar, entre otras, que sumadas al consumo de carne si incrementaban los riesgos de sufrir de problemas del corazón.

Comiendo carne no se necesita de ningún otro tipo de alimento

Falso: Otra idea muy peligrosa que ubica a la carne en un pedestal que ignora la importancia de los demás grupos alimenticios. La confusión nace de estudios donde se evidencia que las proteínas que se encuentran en la carne contribuyen de una manera muy especial en la generación de lisina y metionina, aminoácidos claves en la construcción de nuevos tejidos. Pero esta razón no legitima que solo con la carne tengamos una dieta balanceada.

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Para digerir la carne nada como una copa de vino

Relativo: Aquí tenemos uno de los mitos que puede pasar de cierto a falso según la cantidad de vino que se consuma. Una copa de dos onzas de vino seco (el que contiene poca azúcar) es la proporción ideal para servir junto a la carne, ya que ayuda a eliminar el colesterol malo y neutralizar el envejecimiento de las células.

Pero cuando la dosis supera las recomendaciones, el beneficio se anula y lo que se produce es obesidad y los problemas que esta acarrea.

La carne de cerdo es muy grasosa y causa enfermedades intestinales

Falso: Siempre se ha asociado la carne de cerdo con las comidas excesivamente grasosas, tal vez debido a la forma de su preparación, pero estudios científicos demuestran que la carne de cerdo sin piel tiene aún menos grasa que la de res o la de las aves.

En cuanto a las enfermedades producidas por las bacterias que se alojan en la carne del cerdo, éstas solo sobreviven si las condiciones de manipulación y conservación no guardan algunos estándares de calidad. Si su tratamiento es higiénico y cuidadoso, no hay nada que temer

La carne de cerdo es carne blanca

Falso: Debido a su color rosado pálido esta carne la clasifican dentro del mismo grupo que la del pescado o el pollo, pero en verdad la carne de cerdo hace parte también de las carnes rojas con todas sus propiedades. Aunque vale la pena señalar que curiosamente la carne de lechón (la cría del cerdo) si es considerada oficialmente como carne blanca.

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A los pollos se les suministran hormonas

Falso: Dadas las tallas que ostentan actualmente las aves de corral, ronda el rumor de que a éstos se les dan hormonas para su crecimiento, lo que afectaría la salud de quien consumieran esta carne.

Sin embargo, dicha creencia es errónea si se tiene en cuenta que las hormonas no pueden ser suministradas por vía oral sino solamente mediante inyecciones. ¿Te imaginarías aplicar dicha inyección a miles y miles de pollos? No solamente sería una tarea descomunal, sino que además inflaría demasiado los precios de la carne.

Ahora que ya tienes algunas ideas más claras acerca de la carne puedes tomar una decisión.

¿Tu dieta será vegetariana o incluirá a las carnes? Déjanoslo saber.

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