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Marsala, una peculiar ciudad en Sicilia

19 Oct 2012 – 08:35 AM EDT
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En el sur de Italia, dentro de la bella Sicilia, formando parte de la provincia de Trápani se encuentra la ciudad de Marsala cubriendo una amplia superficie de más de doscientos kilómetros cuadrados. Está ubicada en el punto más occidental de la isla, a 120 kilómetros de Palermo y a sólo ocho de Trápani. Desde ella se pueden contemplar las Islas Egadas y las Islas del Salitre. Una de estas últimas, Mothia,  fue la que dio origen a la Marsala actual.

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Obras arquitectónicas de todos los tiempos

De su pasado fenicio y posteriormente romano se conservan dos de sus cuatro antiguos accesos, la Puerta Nueva y la Puerta Garibaldi. De la vieja muralla de seis metros de ancho (que los ayudara a resistir un asedio de diez años por parte de los romanos) sólo permanecen en pie una defensa y dos bastiones. Dentro del casco histórico están la Catedral, de estilo barroco, dedicada a Santo Tomás de Canterbury; el Convento del Carmen (Pinacoteca Municipal); el Monasterio de San Pedro (Museo Cívico);  el Museo de los Tapices; el Teatro Municipal y el Ayuntamiento, ocupando un palacio erigido en el siglo XVI.

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Pasó por distintas dominaciones y hasta fue devastada, pero resurgió y continuó luchando; luego de que su puerto sufriera una clausura de 200 años (por orden de Carlos V, pues estaban bajo el poder español en ese momento), un comerciante inglés llegó hasta allí, en el siglo XVIII, y descubrió el tesoro de la ciudad, el exquisito Vino Marsala, para poder exportarlo financió de su propio bolsillo la reconstrucción del puerto de Margitello y se logró una importante reactivación económica gracias a ello. Ahora se suma el turismo que llega atraído por las hermosas playas, la bella arquitectura, la excelente gastronomía y los pintorescos alrededores.

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El vino y la sal

Luego de un desayuno abundante, con jugos, fruta fresca, huevos, embutidos, queso, pan fresco, bollos, mermeladas, miel, mantequilla, té y café (que es lo habitual en Marsala) nada mejor que llegarnos hasta la región de las salinas; desde lejos ya se divisa un gran molino de viento, luego aparecen los blanquísimos montículos de sal y los inmensos piletones. Toda esta zona es parte de la Reserva Natural de las Islas del Stagnone (o del Gran Estanque de Sal), desde el Cabo Lilybeo hasta San Teodoro. Se halla protegida de las fuertes olas del Mar Mediterráneo por la Isla grande que se interpone entre ellos.

En la gran albufera que se forma, donde el agua tiene una profundidad de entre cincuenta centímetros y tres metros, la flora (por ejemplo la Poseidonia oceánica y la Caléndula marítima) y la fauna (como garzas reales, águilas pescadoras, cormoranes, gallaretas, cernícalos  y zarapitos; también una especie de mariposa, la Licena fenicia) son sorprendentes. Todos están adaptados al gran nivel de salinidad del agua y por eso mismo es que se decidió protegerlas.

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Marsala es dueña de una belleza diferente a la de las demás ciudades sicilianas, pero quien la conoce regresará siempre porque su encanto hechiza el alma de los visitantes.

¿Conocían Marsala? ¿Les gustaría visitar este sitio?

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