Las mujeres tenemos una relación enfermiza con la culpa, un sentimiento que la sociedad y la religión nos han estado generando desde hace siglos.

Antes que nada, conviene aclarar qué es la mejor versión de ti misma. ¿Es la versión más delgada, con músculos tonificados y cabello radiante? ¿Es la versión mejor adaptada a la sociedad? ¿Es la que tiene una pareja estable, un buen empleo y una casa segura?

Hoy no voy a preguntarte qué tan fiel eres en tus relaciones personales, sino algo mucho más importante: ¿qué tan fiel eres contigo misma? Porque a veces descubrimos, con tristeza, que somos mucho más fieles a las personas que nos rodean que a nosotras mismas. Por eso te propongo esto: que te hagas estas promesas y, pase lo que pase, ¡las cumplas!

Reconozco que a veces pierdo un poco la paciencia con las mujeres de generaciones pasadas, pues no entiendo por qué se sienten tan limitadas respecto a sus propias vidas. En general suelo sentirme muy frustrada con la forma en que mi madre encara la vida, pues parece no darse cuenta de que la realidad para las mujeres ha cambiado.

El manual de la buena esposa no es ninguna broma de la red. Existe y muchas mujeres tuvieron que obedecerlo hace algunos años.

¿Qué es lo que hace exitosa a una mujer? ¿Es su apariencia? ¿Es su liderazgo? ¿Es su fuerza? ¿Es su poder? Esto suele ser lo que primero se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en una mujer exitosa y, sin embargo, ninguna de estas cualidades es tan importante para ser una mujer exitosa como saber escuchar.