La llegada de Gran Hermano a la televisión argentina marcó un antes y un después para todos los que crecimos en los 90 y 2000. Si bien en la actualidad el reality ya no es lo que era, la casa más famosa del país nos regaló momentos que todos recordamos al día de hoy.

Él es uno de los actores más reconocidos de la televisión argentina, aunque no precisamente por sus dotes actorales. Esto, sin embargo, no impidió que el actor forje una extensa y exitosa carrera, protagonizando algunos de los programas más populares de nuestra tele.

La novela turca atrapó a miles y miles de espectadores de todo el mundo, traspasando fronteras, culturas y continentes.

A todo México le fascina La Rosa de Guadalupe. Es el mejor programa de comedia que... ¿Cómo? ¿No es una comedia? Oh, OK. Bueno, igual nos encanta, aunque sea por pura ironía.

Hablar de talk shows es hablar de momentos bochornosos, temas extraños y personas que no sabemos por qué se prestan para participar en esos programas. Pero, como todo en la vida, dentro de esos programas también hay niveles. Es decir, se han presentado situaciones que nos dejan con el ojo cuadrado y nos hacen preguntarnos en qué rayos estaban pensando los productores y guionistas al crear esos episodios.

Todos recordamos aquellas épocas de nuestra infancia cuando pegados al televisor veíamos las aventuras de este simpático troll. Nos desesperábamos por ayudarlo, y quizás entre quienes lean este artículo se cuente alguien que haya tenido la fortuna de comunicarse telefónicamente para darle una mano.