Entre lágrimas, Heylin Reyes, de 19 años, cuenta cómo agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a su padre en Louisiana, un inmigrante hondureño que llevaba viviendo 16 años en Estados Unidos. La familia denuncia que los oficiales actuaron sin mostrar una orden judicial y que apuntaron armas largas contra el hispano. También puedes ver: “¡Soy ciudadana!”: el momento en que una mujer es detenida a la fuerza por agentes de inmigración.

Jenny, una madre indocumentada, decidió entregar temporalmente la tutela de su hija a los pastores que la apoyan en su comunidad religiosa. El temor a ser detenida y deportada la llevó a tomar esta decisión, con la esperanza de garantizar la estabilidad y seguridad para la menor. "Me da miedo que ella algún día se pregunte por qué estoy haciendo esto", asegura entre lágrimas. Te puede interesar: Familia hispana duerme en su restaurante por temor a operativos migratorios: "Hemos sufrido mucho".

Una madre salvadoreña de 37 años quedó a cargo de sus tres hijos después de que su esposo fuera detenido por ICE y deportado a Guatemala. Ahora enfrenta sola los gastos del hogar, la alimentación de sus hijos y las consecuencias emocionales que dejó la separación familiar.

Lidia Valle, una inmigrante salvadoreña que vivió 10 años en EEUU, decidió iniciar un proceso de ‘autodeportación’ por miedo a ser detenida tras las recientes redadas en el país. Entre lágrimas, se despide de su hijo, quien permanecerá en EEUU y agradece los sacrificios que ella hizo para darle la oportunidad de alcanzar sus metas. También puedes ver: La lucha de una joven por cuidar de sus hermanos y el negocio familiar: sus padres fueron deportados.

La vida de Emily Paz, una joven estudiante, cambió de un día para otro tras el arresto y deportación de sus padres luego de una redada en el restaurante familiar. Ahora cuida sola a sus tres hermanos menores mientras intenta mantener a flote el negocio y enviar apoyo económico a sus padres en México, todo mientras continúa con sus estudios. También puedes ver: Refugiado narra lo difícil que es ser admitido en EEUU: hay temor por la revisión de miles de casos.

Erika Moreira dejó de enviar a sus hijos a la escuela en Charlotte, Carolina del Norte, por temor a que agentes federales los arreste o los utilice para llegar hasta ella y detenerla. Desde que comenzaron las redadas en la ciudad, la familia vive bajo llave, los niños no salen ni siquiera al patio y hasta tirar la basura se volvió un riesgo. "Tenemos miedo", dice entre lágrimas una de sus hijas. También puedes ver: Temor a redadas en Charlotte causa ausentismo escolar: ¿hay implicaciones legales para los padres?