Estarás de acuerdo conmigo en que durante el verano el cuerpo se empeña en hacernos tomar líquidos fríos todo el tiempo. Por eso recurrimos a los refrescos para calmar la sed y el calor. Sin embargo, los expertos hace ya buen tiempo advierten que estas bebidas gaseosas no son nada buenas para el organismo.

Últimamente se habla mucho sobre los superalimentos, sus grandes beneficios y la importancia de darles un lugar privilegiado en nuestra dieta. Pero poco se escucha respecto a una bebida de la cual no podemos prescindir, el líquido vital para la supervivencia humana: el agua.

Beber más agua no es tan difícil.

Por su alto contenido de azúcar y los efectos negativos que causa en el cuerpo el refresco no es la mejor bebida para acompañar tus alimentos. Las calorías que hay en él provienen completamente del azúcar que no proporciona ni las vitaminas ni los minerales que necesitas para un buen funcionamiento, sin mencionar que su consumo se relaciona con el aumento de peso, problemas renales, problemas renales, la caries y la diabetes.

Beber agua es uno de los hábitos más importantes que debemos adquirir, pero a veces el sabor simple que tiene nos cansa y desalienta a cumplir con nuestra meta de tomar dos litros al día. La buena noticia es que eso es un factor muy fácil de cambiar.

¡Porque estar a dieta no es fácil, es mejor recurrir a las opciones más ricas y saludables!