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Dos ancianos pasan sus últimos días ciegos, enfermos y en la extrema pobreza
"Es muy difícil porque no pueden caminar", dice la menor de los siete hijos de la pareja que se encarga de cuidarlos y que ve cómo la gran historia de amor de sus padres, quienes llevan 68 años juntos, está terminando en una situación de precariedad.

Ciegos, enfermos y en medio de la pobreza extrema, Ramón Bautista y Antolina Santos, una pareja de ancianos que
ha estado junta desde hace 68 años en
República Dominicana, viven sus últimos días juntos postrados en una cama.

El calvario de esta familia comenzó hace unos tres años, cuando Ramón -de 86 años- se fracturó las piernas, quedándose inmovil y con varias secuelas. La situación de su marido le provocó a Antolina -de 92 años- una depresión tan fuerte que comenzó a padecer de úlceras en el estómago,
así como dolores en su columna y cadera. A pesar de este contexto, los dos se mantienen juntos e inseparables como siempre.

María Bautista, la menor de los siete hijos de la pareja y la encargada de cuidarlos,
rompe en llanto al contar que Ramón tiene muchas dificultades para comer. "Ya no puede disfrutar sus alimentos. Bebe y duerme con la boca abierta. Es algo muy difícil de vivir", precisa.

María asegura que "todo esto es muy triste" debido a que no es uno solo, sino sus dos padres quienes están inmóviles en cama.
"No caminan, es muy complicado", afirma y explica que cuando Ramón tiene ganas de hacer sus necesidades lo tiene que cargar "porque el baño está afuera de la casa".

La vivienda de esta pareja de ancianos pasa sus últimos días en una maltrecha casa de hojalata y madera podrida que no cuenta con agua potable. Además se encharca de lodo y basura con las lluvias.
"Lloran cuando sienten el agua de las goteras (...) tengo que protegerlos mientras voy corriendo con cubetas para que no se mojen.

La increíble historia de amor de esta pareja ha cautivado a tal grado que muchos personas se han acercado para intentar ayudarlos a superar la desnutrición y la miseria que amenazan con separarlos.
"Lloramos al ver cómo vivían y decidimos ayudar", dijo Katherine Motika de la Fundación Jompéame, una organización que decidió recaudar fondos por medio de las redes sociales para intentar llevarle un poco de alegría a este hogar.

La meta de la fundación, de acuerdo con Katherine, es cambiarles la vida a esta pareja que "se merece vivir mucho mejor (...) por lo que sería un sueño hecho realidad
porque en verdad el amor todo lo puede, eso han demostrado".
