Para Numan Alvarado ya es normal acostarse todos los días bajo las luces ultravioleta que le han permitido haber estirado el fatalista diagnóstico médico. Afectado por un síndrome que golpea las funciones de su hígado y al enterarse de que ya no fabrican más tubos para sus luces, ahora sabe que le quedan solo 90 días para realizarse un trasplante que le salve la vida.