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Era pastor de una iglesia y mató a una niña de 8 años. Guardó el secreto casi medio siglo

La pequeña Gretchen Harrington tenía ocho años cuando salió de su casa el 15 de agosto de 1975 para asistir a un campamento bíblico, su familia no la volvió a ver jamás, sus restos aparecieron dos meses después y, tras casi cinco décadas, las autoridades arrestaron a un pastor octogenario, tras admitir haberla matado.

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Gretchen Harrington tenía ocho años cuando salió de su casa el 15 de agosto de 1975 para asistir a un campamento bíblico, su familia no la volvió a ver jamás, sus restos aparecieron dos meses después y, tras casi cinco décadas, las autoridades arrestaron a un pastor octogenario por su asesinato.

La pequeña comenzó caminó hasta el campamento que se desarrollaba en Marple Township, dentro de las instalaciones de dos iglesias, la Presbiteriana Reformada -donde su padre era el pastor- y la Reformista Cristiana Trinity Church Chapel, que oficiaba David Zandstra, contó Law & Crime.

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Sus restos hallados en un parque

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La rutina de los niños que asistían al campamento comenzaba con ejercicios dirigidos por el pastor Zandstra en su iglesia, para después transportarlos en un vehículo a las instalaciones de la otra institución para seguir con lo establecido por el campamento.

Cuando Harrington no arribó a la iglesia que presidía, su padre comenzó a buscarla y su preocupación se extendió por todo el campamento bíblico e incluso Zandstra denunció la desaparición de la menor, alrededor de las 11:30 a.m.

Dos meses después, el 14 de octubre de 1975, las autoridades hallaron en el Parque Estatal de Ridley Creek los restos óseos de la pequeña.

A pesar de que la investigación pudo determinar que la niña había sido vista hablando con el conductor de una camioneta verde o un coche bicolor, Zandstra negó haberla vista el día de su desaparición.

48 años sin respuesta

La angustia de la familia de Harrington terminó por apoderarse del caso, mientras el tiempo pasaba sin que las autoridades lograran encontrar al autor de homicidio de la pequeña, aunque el caso nunca se cerró.

Así, el pasado 2 de enero, la fe de la familia de la víctima, la cual nunca dejó de pedir justicia por la muerte de la pequeña, la policía pudo comenzar a encaminar una acusación formal luego de hablar con una amiga de la hija e Zandstra, quien aseguró haber sido abusada sexualmente por el pastor de 83 años, quien le tocaba “su ingle” al quedarse a dormir en su casa.

Lejos de escandalizarse, la hija del pastor le dijo a su amiga que su padre “hacía eso a veces” con sus invitadas.

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Además, la víctima precisó que un niño de su clase estuvo a punto de ser secuestrado dos veces y, en su diario, escribió que sospechaba de Zandstra.

Con este contexto, los investigadores viajaron el pasado 17 de junio hasta Marietta, Georgia, donde vivía Zandstra y se reunieron con él.

Aunque en un principio volvió a negar que nada tenía que ver con la desaparición de la niña, después admitió haberla visto caminando sola aquel día y que conducía una camioneta verde.

Asimismo, aceptó haberse ofrecido a llevar a Harrington y trasladarla a una zona boscosa cercana, donde le pidió que se quitara la ropa.

Cuando la pequeña se negó a desvestirse, el hombre la golpeó en la cabeza y, creyendo que estaba muerta, cubrió su cuerpo y se alejó de la zona.

“La justicia no tiene fecha de caducidad”

Después de su arresto, Zandstra fue acusado de homicidio criminal, asesinato en primer, segundo y tercer grado, secuestro de un menor y posesión de un instrumento del delito y permanece encerrado en la cárcel del condado de Cobb, en Georgia, mientras se trabaja para extraditarlo hasta Pensilvania.

"El asesinato de Gretchen Harrington ha perseguido a los miembros de las fuerzas del orden desde aquel terrible día de agosto de 1975", declaró el Fiscal de Distrito, Jack Stollsteimer, quien aseguró que este caso creó un antes y después en su familia y en la comunidad.

“Hoy por fin podemos anunciar que tenemos al asesino, quien ha admitido el crimen. Estamos orgullosos de poder dar, por fin, una respuesta a la comunidad”, dijo Stollsteimer.

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Por su parte, el teniente Jonathan Sunderlin, de la policía estatal de Pensilvania, dijo el lunes en un comunicado que “tanto si un crimen ocurrió hace 50 años o hace cinco minutos, los residentes pueden confiar en que la fuerza del orden no descansará hasta resolver el caso”.

"La justicia no tiene fecha de caducidad", dijo.

Los investigadores avisaron que el ADN de Zandstra está siendo analizado para compararlo con otros casos sin resolver en todo el país, ya que el hombre también vivió en Texas.