Joana Cruz estaba a punto de cumplir 54 años y su hijo Melvin Pérez, próximo a celebrar sus 31. Eran los homenajeados de una fiesta de cumpleaños que se celebraba en Colorado Springs la noche del sábado que terminó horas más tarde de la peor forma, cuando un hombre armado abrió fuego y mató a seis de los presentes para terminar quitándose la vida.
Seis miembros de una familia hispana fueron las víctimas del tiroteo en Colorado Springs
En cuestión de minutos, Nuvia Márquez perdió a su madre Joana Cruz y a su hermano Melvin Pérez, así como a su cuñada Mayra Pérez y a dos hermanas de ella, Sandra Ibarra y José Ibarra, en el tiroteo desatado la madrugada del domingo en Canterbury Mobile Home Park.

Ninguno de los dos cumpleañeros sobrevivió. Sí logró sortear la tragedia Nuvia Márquez, hija de Joana y hermana de Melvin, quien estuvo presente en la reunión familiar pero se marchó horas antes de que se desatara la balacera.
Las otras víctimas fueron José Gutiérrez (21), Mayra Pérez, de 32 años y esposa de Melvin, y dos hermanos de la propia Mayra, Sandra Ibarra y José Ibarra.
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Según el Departamento de Policía de Colorado Springs, poco después de la medianoche del 9 de mayo, cuando la fiesta ya estaba por terminar, el atacante entró en la casa e inmediatamente abrió fuego.
Las autoridades aún no han revelado la identidad del agresor, pero se trata de un exnovio de Sandra Ibarra, a quien todos conocían por su sobrenombre, 'Junior', según relata Freddy Márquez, que estuvo en la fiesta pero la abandonó antes de que se produjesen los disparos.
El agresor era conocido por la familia hispana. Siempre portaba un arma de fuego y llegó a la casa en un automóvil BMW blanco, que ha sido incautado por las autoridades como parte de las investigaciones.
Tras varios llamados al número de emergencia 911, los agentes policiales llegaron al lugar pocos minutos después de la medianoche del sábado al domingo, cuando ya las seis víctimas habían fallecido. Aparentemente el atacante trató de suicidarse y murió poco después en un hospital de la zona.
Nuvia Márquez contó a Univision Noticias que aún no entiende por qué el responsable del tiroteo cometió este horrendo crimen. "Lo que yo sé es que habló con alguien (presente en la fiesta) y no contestaba... y no sé si se enojó tanto que mató a todos", dijo la chica que en cuestión de minutos perdió a casi todos los miembros de su familia cercana.
Aunque en la fiesta había un buen número de niños, ninguno de ellos resultó herido, según indicó la policía en un comunicado.
Juan Alfredo Herrera, padre de tres de las víctimas, con profunda tristeza, dijo a Univisión Noticias: "Estamos devastados. Es muy duro para nosotros lo que está pasando".
"Acto de violencia sin sentido"
Hasta el momento, se desconoce qué desató la tragedia y qué sucedió dentro de la vivienda, ubicada en Canterbury, un vecindario de casas móviles al sur de Colorado Springs, donde la amplia mayoría de los residentes son latinos.
Entre el domingo y esta mañana, funcionarios públicos de Colorado expresaron su tristeza por los acontecimientos en Colorado Springs.
"Muchas vidas se perdieron por ese terrible acto de violencia en una fiesta de cumpleaños de todos los lugares posibles. Mi más profundo pésame y mis oraciones para las víctimas, sus familias y todos los impactados por esta tragedia", dijo el gobernador Jared Polis.
El alcalde de Colorado Springs, John Suthers, calificó el tiroteo de "acto de violencia sin sentido", mientras que el jefe de Policía de la ciudad, Vince Niski, indicó que "faltan palabras para describir esta tragedia".
Niski también se comprometió a "hacer todo lo que se pueda para encontrar las respuestas que (las familias de las víctimas) merecen", comentando que la Unidad de Crímenes Violentos de su departamento quedó ahora a cargo de las investigaciones.
Registro fatal
Este tiroteo masivo se añade a la estadística de tragedias que han enlutado a Colorado Springs, una ciudad de 465,000 habitantes, la segunda ciudad más grande de Colorado después de Denver.
La peor masacre que figura en el registro histórico sigue siendo la ocurrida en la Escuela Columbine, el 20 de abril de 1999, en la que fallecieron 12 estudiantes, un profesor y los dos agresores.
Luego, el 20 de julio del 2012, James Holmes mató a 12 personas en una sala de cine en Aurora, y el 22 de marzo de este año 10 personas perdieron la vida en un supermercado de Boulder al ser atacados por un hombre armado.
En las últimas semanas los latinos se han visto involucrados en varios tiroteos masivos, ya sea como agresores o como víctimas.
La peor de todas ellas se produjo el pasado 1 de abril, cuando las autoridades de Orange, en California, nombraron a Aminadab Gaxiola González como el supuesto autor de un tiroteo en el que perdieron la vida cuatro personas, incluyendo un niño de 9 años.
Luego, el pasado 28 de abril la Policía de Los Ángeles identificó a Carlos López Meléndez con el sospechoso de haber realizado cinco ataques a mano armada en otros tantos lugares de esa ciudad, matando a dos personas.
Y en Atlanta, en Georgia, el guatemalteco Elcías Hernández Ortiz aún se recupera luego de ser baleado en uno de los ataques a salones de belleza en marzo de este año en el que murieron 8 personas.
Según el Pew Research Center, luego del ataque a una tienda de Walmart en El Paso, en Texas, en agosto de 2019, donde murieron 22 personas, incluyendo varios mexicanos, los latinos de Estados Unidos comenzaron a mostrar un mayor interés en adquirir armas de fuego y en la actualidad uno de cada cinco latinos tiene esas armas, comparado con 1 de cada 2 blancos.












