Ángela Pérez dice que por necesidad siguió trabajando como cajera en una tienda Food4Less de Los Ángeles, California, cuando se aceleraron los contagios de coronavirus a mediados de marzo. Ella reportó a sus jefes que había demasiados clientes que no guardaban la distancia al pagar sus compras y que los baños siempre estaban llenos. Su única protección era un cubrebocas que ella misma compró. En esas largas jornadas laborales aprendió a convivir con el miedo y el cansancio.
“Somos desechables para la compañía”: las quejas de trabajadores de supermercados contagiados de coronavirus
Al menos 30 empleados de tiendas de abarrotes en Estados Unidos han muerto por el covid-19 y otros 3,000 enfermaron o fueron puestos en cuarentena por estar expuestos al virus. Una cajera que contrajo la enfermedad contó su experiencia a Univision Noticias. Sigue aquí la cobertura completa sobre el coronavirus.

“Hubo mucha negligencia en esa tienda y en muchas”, reclama Pérez, de 47 años y originaria de México, en una entrevista con Univision Noticias. “En una ocasión yo tuve que rechazar el dinero de una clienta que se echó saliva en los dedos para separar los billetes. Le dije: ‘Lo siento, no puedo tomar ese dinero (…) Usted no se está cuidando’”, relata.
Después de cuatro semanas de intenso trabajo y pocos días de descanso, Pérez empezó a sentirse mal. Creía que tenía agotamiento y un día bebió una mezcla de café con una bebida energética. No tuvo efecto. “Tenía mucho dolor de cabeza, mucho cansancio. Pero pensaba que estaba relacionado con el exceso de horas de trabajo que tuvimos, porque llegué a trabajar hasta 11 días sin descanso”, contó.
Al día siguiente, cuando se dirigía a la tienda, no pudo más y tuvo que detener el auto. “Me faltaba la respiración. No sé cómo le hice para estacionarme, porque estaba temblando, llorando. No sabía qué hacer, fue una impresión muy fuerte”, describió.
Una prueba confirmó que tenía coronavirus y un médico le recomendó que se aislara en casa, que no se acercara a sus familiares y que usara siempre el tapabocas. “Sentí que me iba a morir. No sabía qué sería de mí. A mi mente vinieron mis hijos, especialmente mi hija de cuatro años que es la que más me necesita. Viví el miedo día con día”, dice.
Desde el 18 de abril, Pérez no ha regresado al trabajo. Han pasado más de dos semanas y, según su relato, la corporación Kroger, dueña de la cadena de tiendas Food4Less, solo le envió un cheque de 500 dólares que le ha servido de poco.
Al reflexionar sobre todas esas horas que pasó cobrando en el supermercado y el dolor que ha padecido por culpa del virus, Pérez se molesta por la forma como la está tratando su empleador. “Somos desechables para la compañía (…) Me siento como una persona que utilizaron para tener buenas ganancias y si hubiera muerto contratan a alguien más. No soy indispensable en la compañía. Es muy triste”, expresa un tanto enojada.
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“Nos estamos enfermando”
Otra tienda de la corporación Kroger, una Ralphs ubicada en Hollywood y conocida como ‘Rock and Roll Ralphs’, también está en el ojo del huracán por una supuesta ola de contagios de covid-19 entre al menos 21 empleados, lo cual significa el 16% de 129 trabajadores en su nómina.
Ese establecimiento registra el mayor número de infecciones en supermercados de California, de acuerdo con el Local 770 del Sindicato de Trabajadores de Alimentos y Comercio ( UFCW), que representa a más de 20,000 agremiados en esta región. Pero Kroger no ha confirmado esa cifra.
Jackie Mayoral lleva dos años trabajando en esa Ralphs haciendo contabilidad y embolsando mercancía. El viernes 24 de abril despertó con fiebre y escalofríos. Al día siguiente le notificaron que tenía covid-19, una enfermedad que se le agravó y fue hospitalizada. Este martes seguía internada.
“Esta es una horrible enfermedad. No puedo dormir en las noches”, dijo a este medio a través de una vocera del Local 770 de la UFCW, explicando que ni siquiera se sentía bien para dar una entrevista.
Mayoral contó que durante las compras de pánico mucha gente estaba entrando a la tienda y había largas filas. Reclamó que sus supervisores no implementaron un control para exigir que se respetara el distanciamiento social. También contó que al principio de la pandemia la compañía no proporcionó mascarillas, ni guantes. Ella y sus compañeros tuvieron que comprar sus propios cubrebocas.
“Los trabajadores de supermercados están en el frente de batalla, pero nosotros no estamos siendo tratados como si fuéramos esenciales. Nosotros nos estamos enfermando y esto tiene que parar”, señaló Mayoral en un comunicado difundido este lunes por dicho sindicato.
En varias protestas realizadas en los últimos días, la unión ha exigido que en ese y otros supermercados se establezcan más medidas de protección para empleados y clientes, un amplio acceso a pruebas de covid-19, una limpieza profunda de las tiendas cuando alguien dé positivo, un cierre de 24 horas para desinfecciones rutinarias, que haya un protocolo de respuestas una vez que se detecte un caso, que se notifique al resto de los trabajadores y crear un comité que revise las condiciones de cada sucursal.
La corporación Kroger, uno de los minoristas más grandes del país, dijo a Univision Noticias que a partir de este mes ofrece pruebas gratuitas de coronavirus a empleados con síntomas.
“La disponibilidad de pruebas de diagnóstico ahora permitirá que los asociados de Food 4 Less y Ralphs se sientan más capacitados y conozcan mejor su salud, creando tiendas e instalaciones más seguras”, indicó la empresa. “La seguridad y la salud de los empleados y clientes (…) sigue siendo la máxima prioridad durante este tiempo sin precedentes”, agregó.
Kroger subrayó que ya entregó mascarillas a todos sus trabajadores, que mejoró sus prácticas de saneamiento diario y colocó plexiglás en las cajas de pago. Además, señaló que les ofrece tiempo libre pagado a los “afectados directamente por el virus” y creó un fondo de 5 millones de dólares para brindar asistencia financiera a los empleados que enfrentan dificultades personales debido al covid-19, incluida la falta de acceso a cuidado infantil.
Esta cadena de tiendas tiene más de 460,000 empleados y casi 2,800 sucursales en 35 estados y Washington DC. Desde el inicio de la pandemia ha contratado a 70,000 trabajadores para satisfacer la demanda de alimentos y productos de la canasta básica.
30 empleados de tiendas murieron por el virus
No hay estadísticas recientes sobre cuántos empleados de esta industria en EEUU se contagiaron de coronavirus y murieron. A mediados de abril, Kroger informó que al menos cuatro trabajadores en Michigan perdieron la vida por dicha enfermedad. Citando regulaciones de la Ley federal de Responsabilidad del Seguro Social (HIPAA), la corporación dijo a este medio que no podía proporcionar cifras nuevas relacionadas con su nómina y el virus.
El Sindicato Internacional de Trabajadores de Alimentos y Comercios ( UFCW) estimaba que 30 miembros habían muerto por causa del covid-19 y otros 3,000 enfermaron o fueron puestos en cuarentena por estar expuestos al virus. Esos números se difundieron el 13 de abril y no han sido actualizados.
“Desde el comienzo del brote, estos trabajadores han estado al frente de esta terrible pandemia”, dijo entonces Marc Perrone, presidente de UFCW. “Si bien se les pidió a decenas de millones de estadounidenses que trabajaran desde su casa por su seguridad, los trabajadores de supermercados y alimentos nunca tuvieron esa opción. Se debe hacer más para protegerlos”, agregó.
Una encuesta que ese sindicato realizó entre más de 5,000 miembros concluye que el 85% dijo que los clientes no practicaban el distanciamiento social y el 43% mencionó que había observado a clientes que les gritaban a sus compañeros.
También les preguntaron sobre qué debían hacer sus empleadores. El 72% apoyó que se estableciera un límite en el número de clientes en los establecimientos y el 26% dijo que era necesario contratar a más empleados para responder a la pandemia.
Según un análisis de la agencia AP, el 14% de los trabajadores de esta industria son hispanos.






















