Más de la mitad de las sillas de autos para niños tienen peligrosas sustancias tóxicas
Más de la mitad de las sillas de carro niños analizadas en busca de retardantes de llama tóxicos y PFAS contienen sustancias peligrosas que se vinculan con el cáncer, los defectos de nacimiento y otros problemas de salud graves, según un nuevo informe realizado en Estados Unidos.
El análisis, realizado por el Ecology Center, un grupo de defensa del medio ambiente y de los consumidores, también descubrió que todas las sillas de automóvil que cuestan menos de 100 dólares contenían PFAS o retardantes de llama, lo que significa que los niños de familias con ingresos bajos tienen más probabilidades de estar expuestos.
Por otro lado, el informe advierte de que no hay "ninguna prueba" de que las normas de inflamabilidad del país hayan evitado las muertes en las sillitas para niños en los últimos 50 años. "Muchas empresas de sillas para niños están creando un problema de exposición peligrosa para seguir una normativa incumplida", sostienen los autores.
El estudio comprobó más de 600 componentes en 25 sillas fabricadas por marcas populares en Estados Unidos y Europa como Graco, Baby Trend y Evenflo.
Los retardantes de llama que contienen fósforo y bromo están relacionados con trastornos del desarrollo, cáncer, alteraciones endocrinas, diabetes y otros problemas graves.
Los PFAS son una clase de unos 9,000 compuestos que se utilizan a menudo para hacer que los productos sean resistentes al agua, las manchas y la grasa. Son químicos vinculados con el cáncer, los defectos de nacimiento, las enfermedades del hígado, las enfermedades de la tiroides, la disminución de la inmunidad, las alteraciones hormonales y otros problemas de salud graves.
A los PFAS se les llama " sustancias químicas para siempre" ( forever chemicals en inglés) porque no se descomponen de forma natural y se ha descubierto que se acumulan en los seres humanos.
Sustancias tóxicas en las sillas de carro ingeridas o respiradas
Las sustancias pueden ser respiradas o ingeridas al desprenderse de los materiales a los que se aplican, y también pueden ser absorbidas por la piel.
Los fabricantes utilizan lana o tejidos densos de poliéster como alternativas a los retardantes de llama, dijo Melissa Cooper Sargent, directora de recursos de vida verde del Centro Ecológico. Pero es difícil que los fabricantes construyan y vendan asientos sin retardantes de llama por menos de 100 dólares porque los productos químicos son más baratos que los tejidos gruesos de poliéster.
"Las empresas dicen: 'Esto es lo más bajo que podemos llegar'", dijo Cooper Sargent en declaraciones a The Guardian.
Esto ha obligado al Centro de Ecología a centrar su atención en las normativas que considera innecesarias.
Cooper Sargent dijo que las normas de inflamabilidad de Estados Unidos están influidas por la presión de los fabricantes de cigarrillos que querían que los productos químicos utilizados en los muebles y los asientos de los automóviles evitaran los incendios provocados por las personas que dejaban caer los cigarrillos.
La gran mayoría de los incendios de carros modernos se inician en el bloque del motor, por lo que los retardantes de llama son en gran medida ineficaces, dijo Cooper Sargent. Además, los productos químicos suponen un peligro para la salud de los bomberos, que pueden inhalar el humo.
La Unión Europea ha modificado recientemente su norma sobre retardantes de llama, que data de hace 50 años y se basa en las normas estadounidenses.
Ecology Center está presionando a los legisladores y al secretario del Departamento de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, para que sigan su ejemplo, y subraya que las normas actuales exponen injustamente a los niños con menos ingresos. La propuesta, añadió Cooper Sargent, cuenta con el apoyo de 40 grupos de defensa del medio ambiente y de los consumidores, así como de la Asociación de Comercio de Fabricantes de Productos Juveniles.
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