¿Se justifica en algunos casos el saltarse la fila de la vacuna contra el covid-19?

Joe Biden ha ordenado a los estados que amplíen la elegibilidad a la vacuna a todos los adultos para el 1ro de mayo, como ya lo han hecho algunos como Alaska, Mississippi, West Virginia, Georgia, Texas, Luisiana y Arizona; y que ocurrirá en cuestión de días en otros como Florida, Carolina del Sur o Connecticut.

todo indica que la codiciada vacuna y los privilegios que conlleva llegarán pronto para los estadounidenses mayores de 16 años.

No obstante, hay quienes en su desesperación por retomar un grado de normalidad y de estar protegidos contra el virus que ha matado a más de 500,000 personas en el país, no están dispuestos a esperar ni un segundo más y, para vacunarse, recurren a toda suerte de tácticas para recibirla antes de que llegue su turno, una práctica conocida como ‘ saltarse la fila’.

Algunos se escudan en el hecho de que no todos los sitios de vacunación piden comprobantes de elegibilidad (pues se sustentan en un sistema basado en el honor); otros en el pretexto de que por qué si un estado ya lo permite, el propio también debería hacerlo; y hay quienes alegan que ante la amenaza de las variantes lo que importa para la sociedad es que se vacune a la mayor cantidad de personas cuanto antes, sin importar quiénes son.

Cuando la curva de casos comienza a aumentar de nuevo y se habla de variantes más contagiosas y letales como la B.1.1.7 que pronto será la predominante en el país, la tentación de recurrir a estos ‘caminos verdes’ para adelantar la anticipada vacunación es real. Sin embargo, no lo justifica.

La realidad es que cuando alguien se salta la fila, quizá alguien que necesitaba más esa vacuna por ser de alto riesgo, no pueda recibirla oportunamente.

¿Pero hay realmente situaciones que justifiquen esa ‘viveza’? ¿Cuándo estaría bien recibir una dosis que no está destinada para uno? Dos expertos en bioética responden a estas y otras preguntas.

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