Adultos Mayores
1/10En el asilo de ancianos Ballesol Fabra i Puig de Barcelona se comenzaron a recibir visitas tras más de 100 días de un estricto confinamiento, aunque sin perder el objetivo primordial de salvaguardar la salud de residentes y familiares.
Emilio Morenatti/AP
2/10En su primer encuentro en más de tres meses debido a las medidas de mitigación para combatir a la pandemia, Isabel Pérez López, de 96 años, abraza a través de un plástico protector, a su hija Beatriz Segura, de 67.
Emilio Morenatti/AP
3/10Al igual que en Barcelona, una residencia de ancianos en Valencia habilitó este sistema de protección que definió como un "arco de los abrazos" para mantener la seguridad de todos con medidas de higiene aptas.
Biel Aliño/EFE
4/10La iniciativa consiste en la interacci´ón por medio de un panel de plástico que se higinieza en cada uso, además de proveer de mangas "de usar y tirar" que permiten que, al inicio o al final de la visita, se puedan producir los abrazos entre los mayores y sus familias.
Jose Jordan/AFP via Getty Images
5/10Isabel Pérez López, de 96 años -y una de las 136 residentes del asilo en Barcelona- luce emocionada al poder abrazar durante algunos minutos a su yerno José María Vila, quien la visita por primera vez desde el cierre total a las visitas con la finalidad de evitar mayor propagación del coronavirus.
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6/10Una mujer abraza -a través del plástico- a su padre con manos, brazos, boca y nariz cubierta, para protegerlos de algún posible contagio, al reanudarse las visitas en la ciudad de Valencia.
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7/10Aunado a este sistema de interacción, en Valencia se siguen manteniendo las video llamadas entre familiares y residentes.
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En fotos: La emoción de residentes de asilos y sus familiares que vuelven a abrazarse tras meses de encierro por la pandemia
Dos residencias para adultos mayores en España hicieron del ingenio una manera de darle alegría a los ancianos residentes y sus familiares por medio de paredes de plástico para evitar la propagación del virus. Los hogares de ancianos en el país se han visto particularmente afectados por la pandemia, que en ese país se ha cobrado más de 28,320 vidas.

En el asilo de ancianos Ballesol Fabra i Puig de Barcelona se comenzaron a recibir visitas tras más de 100 días de un estricto confinamiento, aunque sin perder el objetivo primordial de salvaguardar la salud de residentes y familiares.
Usando máscaras de protección, Agustina Cañamero, de 81 años, y Pascual Pérez, de 84, se besan a través de una pared de plástico para eviatar la propagación del coronavirus. La pareja rompió en llanto al poder darse un abrazo. Es la primera vez que se distancian tanto tiempo en 59 años de matrimonio.
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En su primer encuentro en más de tres meses debido a las medidas de mitigación para combatir a la pandemia, Isabel Pérez López, de 96 años, abraza a través de un plástico protector, a su hija Beatriz Segura, de 67.
Segura precisó que se encontraba muy ansiosa por llevar a su madre a comer a un restaurante, mientras que López comentó que espera pronto poder asistir a un salón de belleza para un corte de pelo muy esperado.
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Al igual que en Barcelona, una residencia de ancianos en Valencia habilitó este sistema de protección que definió como un "arco de los abrazos" para mantener la seguridad de todos con medidas de higiene aptas.
Una residente abraza a su sobrino a través de esta pared improvisada para que los involucrados puedan abrazarse y besarse después de 100 días de estricto encierro debido a la pandemia.
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La iniciativa consiste en la interacci´ón por medio de un panel de plástico que se higinieza en cada uso, además de proveer de mangas "de usar y tirar" que permiten que, al inicio o al final de la visita, se puedan producir los abrazos entre los mayores y sus familias.
Una mujer y su padre lloran a punto de abrazarse a través de la cortina protectora tras haberse reiniciado las visitas al asilo.
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Isabel Pérez López, de 96 años -y una de las 136 residentes del asilo en Barcelona- luce emocionada al poder abrazar durante algunos minutos a su yerno José María Vila, quien la visita por primera vez desde el cierre total a las visitas con la finalidad de evitar mayor propagación del coronavirus.
Emilio Morenatti/AP
Una mujer abraza -a través del plástico- a su padre con manos, brazos, boca y nariz cubierta, para protegerlos de algún posible contagio, al reanudarse las visitas en la ciudad de Valencia.
Tras estas emocionantes interacciones, las visitas duran aproximadamente 30 minutos con una distancia de dos metros entre cada persona.
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Aunado a este sistema de interacción, en Valencia se siguen manteniendo las video llamadas entre familiares y residentes.
Una mujer abraza a su madre a través de la cortina, mientras España continúa aliviando el cierre nacional para detener la propagación de el nuevo coronavirus.
Jose Jordan/AFP via Getty Images
El aspecto psicológico ha sido un factor primordial durante este encierro, para que los visitantes pudieran tener al menos una tranquildad mental en medio de la pandemia, con sus familiares lejos. En la imagen, una hija se arrodilla para poder abrazar a su madre en silla de ruedas y después romper en llanto emocionadas por volverse a sentir juntas, aunque sea mediante todas estas medidas de protección.
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"Está siendo muy emotivo y muy bonito, porque es el primer reencuentro cercano", señala el director del centro de Valencia, Jesús Alcázar. Un hijo abraza a su padre quien decide levantarse de su andadera para entrar en contacto con él.
Biel Aliño/EFE
