"Trump los ve a todos desechables, excepto a los de su apellido": revelaciones de un nuevo libro sobre la Casa Blanca

Un libro nuevo sobre lo que pasa al interior del ala oeste de la Casa Blanca saldrá publicado en la próxima semana. A diferencia de la obra de Bob Woodward que intentó delatar la vida dentro del gobierno Trump, el nuevo libro de Cliff Sims, 'Team Of Viper' está lejos de condenar la agenda política del presidente.

Esa comunión, sin embargo, no desalientan al autor, que trabajó 18 meses como director de estrategia de mensajes de la Casa Blanca, de retratar escenas de confusión, disfuncionalidad e incoherencia en el día a día del presidente. La situación, así, parece innegable incluso entre aquellos que profesan apoyo por el mandatario.

En su libro, cuya copia consiguió en adelanto The Washington Post, Sims condena la moral del presidente y revisa la suya propia al definirse en ocasiones como “egoísta”, “ramplonamente ambicioso” y “cobarde”, adjetivos que apelan a un acto de contrición poco común en aquellos que han sido elegidos por Trump para circundarlo.

Como si se tratara de una comedia, Sims recuenta cómo el día de la posesión presidencial el entonces secretario de prensa Sean Spicer le dictaba un comunicado para enviar a los medios y desmentir la histórica baja asistencia al evento presidencial.

La computadora de Sims se bloqueó en un momento y el comunicado se perdió por completo y Spicer, según cuenta el que entonces le servía de escribano, simplemente volvió a crear un discurso de cero que nadie tuvo el tiempo de rectificar con los hechos reales.

“Es imposible negar cómo el equipo de la Casa Blanca estaba completamente salido de control en ese momento”, escribe Sims. Las cosas parecieron cobrar un norte con la entrada del jefe de personal John F. Kelly quien, según confiesa Sims, le dijo alguna vez en un momento de desesperación: “Este es el peor trabajo que he tenido. La gente cree que me importa cuando anuncian que seré despedido, pero si eso alguna vez sucede será el mejor día que habré tenido desde que entré a este lugar”.

Kelly sería precisamente el que sacaría de su puesto a Sims, quien llegó a contar con una profunda cercanía con el presidente al punto de resaltar con marcadores en una lista sus posibles enemigos al interior de la Casa Blanca o de cargar su frasco de spray para el pelo antes de sus entrevistas.

A pesar de ese nivel de confianza, el presidente no movió un solo dedo cuando supo que Kelly no requeriría más de sus servicios. "El presidente no había levantado un dedo para salvar a un sinnúmero de ayudantes leales antes de mí y no lo haría para salvar muchos asistentes que vendrían… Había dejado que mi relación personal con el presidente me cegara ante la única verdad que se aplicaba a cualquiera con quien no compartía un apellido: todos éramos desechables".

Pero más allá de las anécdotas, quizás sean las conclusiones de Cliff Sims, en pleno cierre histórico de gobierno las que resultan más reveladoras.

“Trump cree que solo, a menudo por pura fuerza de voluntad, puede resolver ciertos problemas. Además de eso está su creencia de que toda la vida es una negociación y que cada negociación es un juego de suma cero. No hay tal cosa como 'ganar-ganar'; alguien ganará y alguien perderá. Además de eso, está su creencia de que las relaciones personales son primordiales y lo que está encima de eso es su creencia de que crear un caos le da una ventaja porque está más cómodo en él que nadie más ".