Cheney acepta su derrota ante la candidata de Trump y promete "hacer lo necesario" para evitar que vuelva a la Casa Blanca
Liz Cheney la representante republicana por Wyoming que se convirtió en la voz más crítica de Donald Trump dentro del Partido Republicano perdió su primaria este martes y con ella la posibilidad de buscar la reelección al cargo que ocupa desde 2017.
Cheney quedó muy detrás de Harriet Hageman, la candidata respaldada por Trump, quien le sacó una ventaja de más del 37% de los votos. Una notable pérdida de favor del electorado del estado, considerando que en 2020 Cheney logró su segunda reelección con más del 68% de los votos.
La noche del martes, Cheney concedió la victoria a Hageman y describió su pérdida como el comienzo de un nuevo capítulo en su carrera política mientras se dirigía a un pequeño grupo de simpatizantes, incluido su padre, el exvicepresidente Dick Cheney, en un vasto campo flanqueado por montañas y pacas de heno.
“ Esta elección primaria ha terminado, pero ahora comienza el verdadero trabajo”, dijo a sus partidarios en su discurso de concesión.
“He dicho desde el 6 de enero que haré lo que sea necesario para garantizar que Donald Trump nunca más esté cerca de la Oficina Oval, y lo digo en serio”, señaló.
Cheney ya se preparaba para una derrota contra Harriet Hageman. Sin embargo, prometió seguir siendo una presencia activa en la política nacional mientras contempla una candidatura presidencial de 2024.
“Hoy, sin importar cuál sea el resultado, es sin duda el comienzo de una batalla que continuará”, dijo Cheney a CBS News después de emitir su voto el martes, junto a su padre.
“Nos enfrentamos a un momento en el que nuestra democracia realmente está bajo ataque y amenaza. Y aquellos de nosotros en general, republicanos, demócratas e independientes que creemos profundamente en la libertad y que nos preocupamos por la Constitución y el futuro del país, tenemos la obligación de poner eso por encima del partido".
Las elecciones de esta semana se producen solo ocho días después de que el FBI ejecutara una orden de registro en la propiedad de Trump en Florida, recuperando 11 conjuntos de registros clasificados.
Algunos estaban marcados como "información confidencial compartimentada", una categoría especial destinada a proteger los secretos más importantes de la nación. Inicialmente, el Partido Republicano apoyó al expresidente, aunque la reacción se tornó algo mixta a medida que surgieron más detalles.
Trump pasó gran parte del día atacando al FBI en las redes sociales, pero intervino brevemente en la contienda de Wyoming.
Hacia la noche, el expresidente calificó la pérdida de Cheney como “una completa reprimenda” al comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio, del cual Cheney es la vicepresidenta.
“Liz Cheney debería avergonzarse de sí misma, de la forma en que actuó y de sus palabras y acciones rencorosas y mojigatas hacia los demás”, escribió Trump en su plataforma de redes sociales.
La derrota de Cheney habría sido impensable hace apenas dos años. Hija de un exvicepresidente, proviene de una de las familias políticas más prominentes de Wyoming.
En Washington, llegó a ser la tercera republicana en el liderazgo en la Cámara de Representantes, una voz influyente en la política y las políticas del Partido Republicano con un excelente historial de votos conservadores.
Pero después del asalto al Capitolio por parte de una multitud de partidarios de Trump, Cheney votó a favor del segundo impeachment contra Trump. Fue expulsada del liderazgo y censurada por el Partido Republicano de Wyoming y recibió amenazas de muerte tras integrarse al comité que investiga el evento.
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