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Elecciones 2022

Cómo la radicalización da mayor importancia a las elecciones de noviembre

Varios candidatos extremistas que respaldan el infundio de la 'gran mentira' de Trump están a las puertas dealcanzar puestos vitales, que pueden definir el futuro del sistema democrático.
Publicado 27 Ago 2022 – 04:29 PM EDT | Actualizado 27 Ago 2022 – 04:29 PM EDT
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Cada año escuchamos decir que las próximas elecciones son las más importantes en las que hemos participado, pero quiza como nunca antes en la historia reciente esta advertencia ha sonado tanto como en 2022.

El próximo martes 8 de noviembre de 2022 los estadounidenses elegirán un tercio del Senado (34 senadores), la totalidad de los miembros de la Cámara de Representantes, 36 gobernadores y otros funcionarios como secretarios de Estado y miembros de las legislaturas estatales.

Además, en Oklahoma y California habrá elecciones especiales para seleccionar a los senadores que cumplirán el resto de los mandatos de Jim Inhofe y Kamala Harris. Inhofe deja su puesto al cierre del actual Congreso y Harris, elegida vicepresidenta en 2020, fue sustituida interinamente por el actual senador Alex Padilla.

Cada dos años se producen estas elecciones de mitad de período y cada año presentan desafíos y redefiniciones importantes en el balance de poder entre los partidos. Sin embargo, 2022 presenta retos inéditos imposibles imaginar hace solo una década.

En el origen está la brutal polarización política que padece el país, que ha permitido a candidatos extremistas, que hasta hace poco habrían sido considerados como inelegibles, estén hoy a las puertas de apoderarse de importantes puestos.

Un panorama mixto para los demócratas

La historia indica que el partido que gana la Casa Blanca, dos años después va a perder las elecciones de medio término, lo que da esperanzas al Partido Republicano de retomar el control de al menos una de las cámaras del Congreso.

Sin embargo, un escenario económico mixto, que con alta inflación también presenta una situación de pleno empleo, junto con las recientes victorias legislativas del presidente Joe Biden y el alivio que representa para muchos la baja constante que vienen experimentando el precio de la gasolina, revivieron las pocas esperanzas del Partido Demócrata de mantener las mínimas mayorías con que cuenta en ambas cámaras del legislativo federal, o al menos en el Senado.

Lo anterior es la receta perfecta para un final de fotografía, sin embargo, hay un factor que dan un golpe en el tablero echando al suelo cualquier predicción.

El factor Trump en el Senado

La imposibilidad del expresidente Donald Trump de mantenerse al margen de las primarias del Partido Republicano, apoyando a candidatos cuyas calificaciones se resumen en ser voceros de la “gran mentira” de su triunfo en las elecciones presidenciales de 2020, ha dado como resultado un grupo de nominados republicanos con posiciones extremas.

Candidatos que en cualquier otro momento habrían sido relegados al margen como una atracción secundaria tienen una posibilidad real de llegar a posiciones de poder, tanto el Congreso Nacional como en los poderes ejecutivos y legislativos estatales, afectando negativamente la ventaja que los republicanos deberían tener en las próximas elecciones.

El jefe de la minoría republicana en el Senador, Mitch McConnell, admitió que eso es un problema la semana pasada durante un almuerzo con los miembros de la Cámara de Comercio del Norte de Kentucky. Mitch McConnell descartó las posibilidades de su partido de recuperar el senado explicando que “la calidad del candidato tiene mucho que ver con el resultado”.

Candidatos como el exfutbolista Herschell Walker en Georgia, Mehmet Oz (el famoso Dr. Oz de la TV) en Pennsylvania y el banquero de inversión J.D. Vance en Ohio, lograron la nominación republicana para las senadurías en sus estados apoyados por Trump, y están a la zaga de sus contrincantes demócratas en las encuestas.

La oposición al derecho al aborto aún en casos de violación, incesto o para salvar la vida de la madre, la minimización del ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021 o el apoyo a la “gran mentira”, son posiciones extremas que funcionan con la mayoría de la base republicana pero que no necesariamente son bien vistas por el electorado general compuesto también por independientes, demócratas y republicanos moderados.

Y en la Cámara de Representantes

En la Cámara Baja, los republicanos solo necesitan una ganancia neta de cuatro escaños para lograr mayoría, lo que hace que las posibilidades del partido de Trump luzcan mejor.

A diferencia de las elecciones para el Senado, estas contiendas son decididas por los votantes de distritos electorales cuyos mapas son delineados por las legislaturas a través del proceso conocido como gerrymandering, usualmente para favorecer los candidatos de su partido. Actualmente los republicanos dominan 30 de estas legislaturas.

Sin embargo, el pasado martes en una elección especial para un distrito péndulo en el estado de Nueva York, considerada como referencia para las elecciones de noviembre, el demócrata Pat Ryan derrotó cómodamente a su rival republicano Marc Molinaro, superando incluso la ventaja con la que Biden ganó el mismo distrito en 2020. Trump había ganado el distrito en 2016.

La situación en os estados

Los votantes en las primarias republicanas en los estados péndulo de Arizona, Michigan y Pennsylvania nominaron candidatos a las gobernaciones y secretarías generales de esos estados que promueven la “gran mentira”, negando la legitimidad del presidente Biden.

Algunos de ellos trabajaron para revocar el resultado de las elecciones de 2020, y todos han dicho que no los habrían certificado de haber estado en los cargos que hoy aspiran.

El legislador estatal de Pennsylvania Doug Mastriano, nominado republicano para la gobernación, llamó a la legislatura a anular la victoria de Biden en 2020 y rentó autobuses para transportar los partidarios de Trump a Washington el 6 de enero de 2021. El gobernador de Pennsylvania tiene el poder de certificar los electores presidenciales del estado.

En Arizona Kari Lake logró la nominación republicana para la gobernación y Mark Finchem para la secretaría de Estado. Lake, una ex presentadora de televisión, afirma que Trump ganó las elecciones en Arizona, pese a que la auditoría estatal han confirmado la victoria de Biden. Finchem, es un legislador estatal que niega la victoria de Biden y estuvo presente en Washington el 6 de enero de 2021, aunque afirma que no entró al Capitolio. El secretario de Estado es la máxima autoridad electoral de Arizona.

Kristina Karamo, la nominada republicana para secretaria de Estado en Michigan, afirmó sin evidencia haber sido testigo de fraude electoral cuando actuaba como observadora durante el conteo de votos. El secretario de Estado es la máxima autoridad electoral de Michigan.

De ganar las elecciones, estas personas tendrían poder de decisión sobre el proceso de certificación de los miembros de los colegios electorales en sus estados.

Pocas cosas son tan importantes para la supervivencia de un sistema democrático, que el proceso de conteo de votos y la certificación de resultados estén en manos de funcionarios imparciales y honestos.

Republicanos y demócratas pueden hacer el trabajo con imparcialidad. Y así lo han hecho durnte décadas, como lo demostró Brad Raffensperger en Georgia en 2020. Pero cuando una persona hace suyas mentiras y teorías conspirativas que atanca la integridad del sistema se generan dudas de cómo administrará su poder en caso de que los resultados electorales.

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