El fuego arrasa el sur de Chile, que vive una de sus peores catástrofes

Los incendios forestales habían calcinado hasta este miércoles más de 370,000 acres de bosques. Las autoridades son señaladas en medio de esta catástrofe.

Por Javier Olivares @JavierOlivares

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Es cierto, el calentamiento global llegó para quedarse y está afectando a millones en todo el mundo. Su víctima más reciente es Chile. Además -o quizás debido también- a la devastadora sequía que se vive en esa nación, el país del sur enfrenta ahora una de sus peores catástrofes ambientales en décadas.

Poco a poco, los incendios forestales han calcinado hasta este miércoles más de 370 mil acres de bosques y unas 700 propiedades, causando también la muerte y desaparición de animales y personas, así como una enorme cantidad de emisiones de CO2 y otras partículas a la atmósfera.

La situación en el sur chileno parece una calamidad interminable, cada minuto que pasa se enciende un nuevo foco que termina reduciendo a cenizas todo lo que encuentra a su alrededor. Además de destruir ecosistemas únicos, los incendios están arrasado especies en peligro de extinción como el ruil, árbol nativo chileno. También hay multitud de mascotas y otras especies sufriendo, asegura la Sociedad Chilena de Protección Animal, organización de voluntarios sin fines de lucro que están en el lugar atendiendo casos.

"Se está quemando casi todo el sur y con ello muchos animales y vegetación. Se necesita agua para la gente", asegura la voluntaria Nicole Amanda Alvarez a Univision.

El colosal incendio que arde en Pumanque, en la región de O’Higgins es el más grande, mientras que en El Maule se han ido sumando otros focos de atención. En Cauquenes y Vichuquén se concentran muchos esfuerzos.

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Ante el fuego y su manejo, las críticas a la gestión de la CONAF (Corporación Nacional Forestal) no se han hecho esperar. Entre otras cosas, se denuncia que Aroon Cavieres, su director ejecutivo, habría puesto trabas a una donación de 2 millones de dólares de la Fundación Vientos Sur para facilitarle al gobierno chileno, en cuestión de horas, un avión Boeing 747-400 Supertanker para sofocar los incendios. Esta fundación fue creada por la chilena Lucy Ana Aviles y su marido, Benjamin Sharpe Walton, nieto del fundador de Wallmart.

Los trámites burocráticos retrasaron la llegada de la aeronave hasta este miércoles 25 a las 10 de la mañana. Mientras se esperaba la llegada del Boeing, las llamas ardieron fuera de control y, en las zonas afectadas, causaron la muerte de un bombero, y la desaparición de dos oficiales de la Policía.

Uno de los especialistas en situaciones de emergencia más destacados en Chile, Michael de L’Herbe, le dijo a Univisión que la misma CONAF no cuenta con los recursos ni la infraestructura necesaria para enfrentarse a estos incendios, pues su logística no ha mejorado en décadas.

Por eso, De L’Herbe asegura que la crisis de los incendios es “una mezcla de causas naturales y políticas”, pues tanto el gobierno de Michelle Bachelet como el de su predecesor, Sebastián Piñera, ignoraron las recomendaciones de muchos profesionales y parlamentarios de contratar más personal de emergencia profesional y mejorar la logística en casos como este. Ya se había adelantado que la temporada de incendios del 2017 sería retadora para las autoridades.

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Entre las ciudades azotadas por las llamas se encuentran Pumanque, Santa Cruz, Paredones, Marchigue, Pichilemu, Lolol, La Estrella, Chepica, Litueche, Vichuquen, Cauquenes, San Javier, Río Claro, Alto Rauquen y Limache. Estas son la cara mas visible del sufrimiento de un país que se quema poco a poco.

Aunque no se han dado a conocer sus nombres, hay una decena de personas detenidas como presuntas sospechosas de haber iniciado intencionalmente algunos de los focos de fuego. También un fiscal especial evalúa la supuesta responsabilidad de empresas eléctricas en este desastre ambiental, debido a un precario mantenimiento del tendido eléctrico en las zonas rurales de Chile.