La NRA bajo escrutinio

Guardias de seguridad el otro día expulsaron de la Cámara de Representantes a Fred Guttenberg, el padre de Jaime Guttenberg, la niña de 15 años que fue una de 17 personas asesinadas por un pistolero en la secundaria de Parkland, Florida, hace dos años. Guttenberg era invitado especial de la presidenta de la cámara, Nancy Pelosi, al discurso del presidente Trump sobre el estado de la Unión.

Pero no pudo contenerse y gritó una pregunta, “¿y qué pasa con las víctimas de la violencia de las armas como mi hija?”, cuando escuchó a Trump defender el derecho a portar armas y no el derecho a la vida de las víctimas. Guttenberg es un hombre noble afligido por el dolor incomparable de haber perdido a su hija cuando ésta apenas comenzaba a vivir. Su nobleza le llevó a disculparse y prometer controlar mejor en el futuro la pena que lleva por dentro.

Pienso en su sufrimiento y en el de miles de padres como él cuando veo, con moderada esperanza, cómo se está tratando de hacer justicia con la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el cabildo que durante décadas ha sido el principal promotor de la compraventa de armas y de las leyes criminalmente permisivas que la han autorizado de un extremo al otro del país.

La NRA aún tiene defensores muy poderosos como el presidente Trump y buena parte del Partido Republicano, cuyos líderes actúan como si creyeran que el derecho a vender, comprar y portar armas de fuego es superior al derecho a preservar la vida propia y el deber de respetar la ajena.

Por fortuna, la NRA ha enfrentado por lo menos 10 investigaciones durante los últimos 13 meses. La semana pasada, el representante demócrata Brad Schneider, de Illinois, le pidió al Servicio de Rentas Internas que inicie otra, acusando al cabildo de cometer numerosas irregularidades financieras. “Los contribuyentes estadounidenses”, advirtió Schneider, “están subsidiando una trampa de la NRA”. Se refiere a que la organización realiza toda suerte de operaciones fructuosas mientras se proclama “no lucrativa” a los efectos del pago de impuestos.

En su solicitud al IRS, el legislador asegura que se han recibido denuncias de que ejecutivos de la NRA hacen negocios personales con ella ( self-dealing), “realizan operaciones cuestionables”, tienen “conflictos de intereses” y presentan documentos “posiblemente fraudulentos” sobre su cabildeo para mantener en un puño a los legisladores de modo que éstos se abstengan de adoptar medidas que restrinjan el turbio negocio y el uso indiscriminado de las armas.

Las denuncias contra la NRA sugieren que, en efecto, es una organización que funciona sin escrúpulos financieros, políticos o morales. En el Senado, republicanos y demócratas de la comisión de inteligencia investigan las conexiones de la NRA con el régimen de Vladimir Putin. La también partidista comisión de finanzas del Senado le solicitó documentos sobre sus tratos financieros con rusos. Una investigación conjunta del Senado y la Cámara de Representantes intenta establecer si hizo “donaciones no reportadas, excesivas e ilegales” a la campaña del presidente Trump y de varios candidatos republicanos en 2016.

Tres demócratas investigan en el comité de finanzas de la cámara baja denuncias de actividades financieras impropias. La comisión judicial de la misma cámara investiga si la NRA ha sido cómplice de Trump en corrupción pública, abuso de poder u obstrucción a la justicia. Se ha investigado asimismo la falta de transparencia sobre la visita de ejecutivos del cabildo a Rusia en 2015. Y se indagan posibles vínculos políticos y/o financieros con Moscú, según reporta The Trace, publicación de internet que estudia y combate la violencia de las armas.

El culto a los armamentos, en el que participan millones de estadounidenses, con el aval de políticos conservadores, no es más que una nociva forma de nihilismo disfrazada de defensa de la libertad y de la Segunda Enmienda a la constitución. Nada como ese culto genera tantas pérdidas de vidas inocentes en Estados Unidos. Y es una ironía trágica que el padre de una víctima, como Fred Guttenberg, tenga que disculparse por emitir un clamor de impotencia mientras que aquellos que pudieran haberle salvado la vida a su hija explotan la divinización de las armas con fines políticos, como hizo Trump durante su discurso.

Si prosperan, las investigaciones a la NRA podrían generar un cambio monumental en las prioridades de la nación: el respeto a la vida tal vez volvería a situarse por encima de la adoración a las armas. Los líderes de la NRA, sacerdotes de un culto nihilista que nos embrutece como colectividad, tienen un cita pendiente con la justicia.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.