El catastrófico derrame de petróleo en Huntington Beach debe renovar nuestra atención a la conservación del océano
Como ávido surfista y practicante del buceo libre, he experimentado las maravillas de nuestra costa y he tenido el privilegio de ver de cerca lo que muchos nunca llegan a encontrar bajo el agua. El reciente derrame de petróleo en Huntington Beach debe ser una llamada de atención para todos los californianos de que tenemos que prestar atención a lo que le está ocurriendo a nuestra costa a la vez que abordamos la crisis climática.
A lo largo de mi vida, he visto disminuir los preciosos bosques de algas de nuestra costa debido al calentamiento del clima y de las aguas. Las primeras especies que vi mermadas fueron las estrellas de mar. En los últimos 20 años, he visto una gran reducción de la biodiversidad en torno a nuestros arrecifes y bosques submarinos. Las "sequoias del mar" absorben el carbono de la atmósfera y albergan más de 1,000 especies de animales y plantas. La gente se indigna cuando nuestros grandes árboles milenarios se ven amenazados por el fuego y la sequía, pero mucha gente no conoce los frágiles ecosistemas de las aguas de nuestra costa. Los ecosistemas de los bosques de algas están en peligro, y las focas y los leones marinos, que dependen de esas algas, forman parte de la imagen emblemática de nuestros litorales.
Las perforaciones de petróleo frente a la costa presentan una amenaza directa e innecesaria en los esfuerzos por salvar nuestros bosques de algas y, en última instancia, por salvar nuestro planeta de los desastrosos impactos del cambio climático. El gobernador Newsom ha aprobado 150 permisos de perforación en alta mar en aguas estatales desde el 1 de enero de 2019. Cinco de esos permisos eran para nuevos pozos.
En septiembre del 2020, el gobernador Newsom se presentó en una inquietante escena de un bosque lleno de ceniza, para examinar los daños causados por uno de los incendios forestales más devastadores de la historia de nuestro estado, y declaró que debemos acelerar nuestros objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero.
Las declaraciones sobre la reducción de la producción de carbono y la transición a fuentes de energía sustentables se ven socavadas por la continua autorización de pozos petroleros tanto en tierra como en el mar. Tenemos que preservar nuestra costa porque unas aguas costeras sanas contribuyen a hacer más habitable nuestro entorno y a fortalecer la salud pública.
Más sobre Opinión
California tiene una responsabilidad única de administrar estos ecosistemas como nuestra contribución a la estabilidad climática. El turismo, la pesca, las actividades recreativas al aire libre, e incluso las agroindustrias todos dependen de un ecosistema oceánico y costero sano. El clima y el tiempo relativamente templados de nuestro estado permiten a los agricultores cultivar durante todo el año, pero los patrones climáticos confiables en los que se basan los agricultores están condicionados por la salud del Océano Pacífico.
Recientemente, el gobernador Newsom aplicó restricciones de agua, instando a todos los californianos a reducir el uso del agua en un 15%. Mientras lidiamos con inviernos más secos, la desalinización se ha ofrecido como solución a los problemas de agua de nuestro estado. Pero ésta no es una solución sustentable para abordar la creciente crisis del agua. El agua desalinizada es la más cara, y es la opción más perjudicial para el océano, produciendo un caldo tóxico de salmuera concentrada que se regresa al mar, matando peces y otras especies marinas.
No se puede ser pro-océano si se está a favor de la desalinización.
En Huntington Beach, Brookfield-Poseidon tiene planes de construir una planta desalinizadora de mil quinientos millones de dólares, tan pronto como pueda obtener los permisos que se han tardado dos décadas. El gigante del manejo de activos y del agua tiene una audiencia ante la California Coastal Commission este invierno para obtener un permiso clave. No necesitamos añadir una planta contaminante que funcionaría con energía generada por combustibles fósiles a la devastación ecológica del reciente derrame de petróleo, cuando tenemos soluciones para ayudar a mejorar nuestras aguas costeras y apuntalar nuestras fuentes de agua dulce.
Podemos impulsar una transición más rápida para abandonar los combustibles fósiles y una adopción más rápida de la energía solar y eólica. Los legisladores pueden apoyar más incentivos para la conservación, el reciclaje y la captación de agua, de modo que nuestras comunidades tengan alternativas a las costosas y contaminantes plantas de desalinización para preservar nuestra salud pública y nuestros ecosistemas marinos.
Podemos plantar cultivos ecológicos y un paisajismo ambientalmente regenerativo para reducir el impacto aguas abajo de nuestros humedales y nuestra costa. Y debemos trabajar en consulta con las comunidades tribales, los administradores originales de nuestras tierras y aguas costeras, sobre cómo proteger mejor estos recursos.
Nuestra economía costera de $44 mil millones de dólares depende de nuestros esfuerzos por preservar las dinámicas y ecológicamente diversas aguas del Pacífico. El derrame de petróleo de Huntington Beach es una advertencia para las autoridades de California. No podemos retrasar el avance hacia la energía limpia, y no debemos satisfacer nuestras necesidades de agua con una desalinización insostenible que perjudica a nuestra costa.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.