Maestros, estudiantes y padres de los 43 jóvenes desaparecidos en Iguala recibieron con protestas al nuevo gobernador del estado mexicano de Guerrero, Héctor Astudillo, quien asumió el cargo este martes.
Padres de los 43 reciben con protestas al nuevo gobernador de Guerrero
Los manifestantes lanzaron petardos, pedradas y cohetes al edificio de la gobernación y fueron repelidos con gases lacrimógenos.


Tras la toma de protesta en el Congreso estatal de Astudillo, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), una primera marcha, conformada por maestros y los padres de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos, se dirigió a la sede legislativa.
Arremetieron con petardos, pedradas y cohetes al edificio público y un grupo antimotines contestó con gases lacrimógenos, sin que se registraran lesionados.
En una segunda manifestación, unos 1,500 maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) marcharon por la Autopista del Sol -que une Acapulco con la Ciudad de México- hasta el Palacio de Gobierno de Guerrero.
Asimismo, unos 800 estudiantes del Frente Único de Normales Públicas de Guerrero bloqueó la misma autopista durante una media hora.
Los manifestantes de las tres marchas exigieron la búsqueda de la verdad en el caso Iguala y el fin de la evaluación docente que contempla la reforma educativa impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto, y criticaron el regreso del PRI al poder, entre otros puntos.
Astudillo rindió juramento luego de vencer en las elecciones del pasado 7 de junio al izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que gobernó una década este estado, uno de los más pobres y violentos del país.
En su discurso inaugural, el nuevo gobernador apeló a la unidad y al diálogo para buscar la paz del estado, dijo que no habrá impunidad en el caso de Iguala y destacó el enorme endeudamiento de Guerrero, del orden de unos 1,089 millones de dólares (18,000 millones de pesos).
En su primer evento oficial tras su investidura, acompañado de altos funcionarios y gobernadores de otros estados, Astudillo remarcó que el estado "ha vivido en los últimos 13 meses la crisis más grande de su historia".
Ello en referencia al caso Iguala, donde el 26 de septiembre del año pasado 43 estudiantes fueron detenidos por policías corruptos y entregados a miembros del cártel de Guerreros Unidos, quienes los asesinaron y quemaron en un basurero, según la versión oficial.
"La tragedia de Ayotzinapa nunca podremos olvidarla, pero debemos comprometernos a que nunca más se repita", aseveró.
Astudillo saludó entre abucheos al anterior gobernador, Rogelio Ortega, quien asumió el cargo en sustitución del político del PRD Ángel Aguirre, quien solicitó licencia para separarse del cargo en octubre de 2014, obligado por la crisis desatada por la desaparición de los alumnos de Ayotzinapa.
Después Astudillo se reunió con el gabinete de seguridad federal, al cabo de la cual anunció un reforzamiento de la presencia de fuerzas federales en el estado y el impulso a la Policía única, para hacer frente a la creciente ola de violencia.