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Extremistas

Niegan libertad bajo fianza al jefe de la milicia de Nuevo México que detenía inmigrantes en la frontera

En una audiencia que fue suspendida temporalmente por una amenaza de bomba, el juez federal aseguró que existe la posibilidad de que Larry Mitchell Hopkins se fugue y no se presente en su juicio.
29 Abr 2019 – 06:46 PM EDT
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El comandante de la milicia que detenía a inmigrantes en Sunland Park, Nuevo México, y se los entregaba a la Patrulla Fronteriza se presentó este lunes ante la corte de Albuquerque y poco después la sala tuvo que ser desalojada por una amenaza de bomba, cuenta su abogado Kelly O'Connell.

"Nos pidieron que nos saliéramos y desalojaron el edificio completo", dice O'Connell a Univision Noticias.

Para ese momento, Larry Mitchell Hopkins, de 69 años y quien se hacía llamar comandante de la milicia United Constitutional Patriots se encontraba sentado en el banquillo de los acusados y también fue evacuado de la sala por los Marshals, encargados de su custodia. La audiencia entonces fue movida para la 1:30 de la tarde (3:30 pm, EST).

De acuerdo con la agencia de noticias Reuters, no se encontró ningún artefacto sospechoso en la sala y las autoridades no dieron más detalles sobre la supuesta amenaza.

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Un día con una milicia pro-Trump que patrulla la frontera en Nuevo México


Una vez que se retomó la sesión, en la sala ocurrieron dos cosas. La primera, se leyeron los cargos federales y Hopkins se declaró inocente de posesión de armas y municiones, la imputación por la que fue detenido el pasado 16 de abril. O'Connell explica que los fiscales aseguraron que contra el excomandante de la milicia recaerán once cargos más, que no precisaron, pero que dijeron probarán a lo largo del juicio. "No encuentro tanto como 11 crímenes en los registros de mi cliente", asegura el abogado.

La segunda parte de la audiencia fue para solicitar libertad bajo fianza para Hopkins, pero el juez le negó el beneficio al considerar que existe el riesgo de fuga. Deberá seguir en detención mientras espera su juicio.

El pasado jueves, Hopkins fue trasladado desde la prisión del condado de Doña Ana a otro centro de reclusión más al norte luego de que sufriera un ataque en su celda. O'Connell asegura que seis reclusos lo despertaron a golpes y que su cliente fue atendido en la enfermería de la cárcel en lugar de ser trasladado a un hospital. Indicó que este lunes mientras conversaban después de la audiencia pudo ver los moretones que le dejaron en un costado.

Los cargos en su contra

El pasado 22 de abril, el excomandante de los United Constitutional Patriots supo por qué lo habían detenido cuando se presentó en su audiencia inicial. No era por su labor como cabeza de esa milicia, sino por un cargo de posesión de armas de fuego y municiones en 2017.

El agente especial del FBI, David Gabriel, cuenta en la acusación que en octubre de 2017 la línea de acceso público del FBI recibió un reporte sobre presunta actividad de una milicia extremista conformada por unos 20 miembros —llamada United Constitutional Patriots— en una dirección que correspondía a la de la casa de Hopkins.


"Hopkins también dijo que los United Constitutional Patriots estaban entrenando para asesinar a George Soros (inversionista), Hillary Clinton (excandidata presidencial demócrata) y Barack Obama (expresidente de EEUU), porque estas personas apoyaban la Antifa", se lee.

Con esa denuncia, el 28 de noviembre de 2017, los agentes especiales del FBI Kalon Fancher y Monty Waldron fueron a la vivienda. Hopkins y Fay Sanders Murphy, su esposa, les permitieron ingresar y los atendieron en una especie de oficina, la de él, en la que los agentes vieron aproximadamente 10 armas de fuego inclinadas contra una pared dentro de un clóset sin puertas, a plena vista. Él dijo que las armas le pertenecían a su esposa.

Ese día los agentes llegaron con una orden de revisión de la casa. En la cocina, encontraron un chaleco antibalas y una pistola que era propiedad de Hopkins y estaba cargada. Luego los llevó a la habitación principal, donde encontraron un rifle y Hopkins dijo: "Es legal, de hecho, se lo dio a mi esposa uno de mis hombres". En la misma habitación había una pistola más y un cartucho sobre una mesa.

En total, nueve armas fueron colectadas como evidencia, entre ellas una pistola nueve milímetros y una Taurus PT 22; un rifle Black hawk 12, otro Remington 597, uno Savage 98, uno Hiawatha 189R, un Marlin 60, un Stevens Savage 870 y un Army Jager AP80; así como municiones de distintos calibres.

Hopkins poseía armas en ese momento a pesar de que las tenía prohibidas por al menos otros tres delitos graves, incluido el de posesión de un arma cargada en Michigan en 1996 y por otra imputación similar de noviembre de 2006 en Oregon, cuando se disfrazó de policía, dijo que trabajaba bajo órdenes del entonces presidente George W. Bush y mostró su arma a un grupo de jóvenes a plena luz del día.

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