Un hombre fue declarado muerto dos veces. Entre una y otra, pasaron más de dos horas y media de reclamos de la familia a los médicos de que el hombre estaba vivo. Más de tres años después, este jueves, la Corte Suprema de Nueva York escuchará los argumentos del caso.
"Los muertos no se mueven": el increíble caso de un hombre que fue declarado muerto dos veces
La familia avisó a los médicos que Michael Cleveland se movía, que respiraba, luego de haber sufrido un infarto. Pero en el DeGraff Memorial Hospital, de Buffalo, Nueva York, se negaron a hacer una segunda revisión.


El caso sucedió el 10 de octubre de 2014. Michael Cleveland sufrió un infarto mientras hacía compras junto a su hijo. El hombre cayó al piso en medio del mercado, hasta que la ambulancia llegó minutos después y lo trasladó al DeGraff Memorial Hospital, cerca de Buffalo.
El vehículo llegó con Cleveland al centro médico a las 8:04 pm. El hombre fue atendido hasta las 8:29 pm –según registros citados por The Washington Post– hasta que Gregory Perry, el joven médico a cargo con poca experiencia, declaró que estaba muerto.
Luego, Perry desconectó las máquinas y permitió que la familia entrara a la habitación.
Cleveland, tendido en la camilla, aún respiraba, tenía los ojos abiertos, movía sus piernas y apretaba la mano de su esposa, según relató la propia viuda, Tammy. El hombre de 46 años estaba vivo.
La mujer reclamó a los especialistas que su esposo respiraba, pero las enfermeras y el médico le aseguraron que estaba muerto y que el hombre "tenía demasiada energía que estaba expulsando del cuerpo", según afirma la familia en la demanda.
Tammy estaba junto a su hijo de 13 años, Ellis, y otros miembros de la familia. Todos presionaron a Perry durante dos horas y 40 minutos para que volviera a revisar al paciente porque su pecho se movía, pero según declararon, el médico les dijo que estaba expulsando exceso de aire.
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Perry hizo al menos cinco visitas en las que ignoró los pedidos de la familia, según la denuncia.
Tammy alertó luego sobre una vena que palpitaba en el cuello de su esposo a lo que, finalmente Perry reconoció su error: "Dios mío. Está vivo", dijo.
Cleveland sufrió durante esas horas. Joseph V. Mantione, el forense del condado de Niagara que recogió el cuerpo en el hospital estaba desconcertado por la situación al llegar. "Las personas muertas no se mueven. Deben controlar el pulso", dijo desconcertado el forense a Perry y a las enfermeras del hospital según su declaración reflejada en Buffalo News.
El paciente fue trasladado a otro hospital, el Buffalo General Medical Center, donde no pudieron hacer nada a esas alturas. Allí, según relató USA Today , el doctor William Morris dijo a Tammy que la vida de Cleveland estaba amenazada no por el ataque cardíaco, sino por un colapso debido a la lucha por respirar.
Morris escribió que el paciente estaba en estado de shock y que tenía una arteria coronaria completamente bloqueada, un pulmón colapsado y costillas fracturadas. Las dos últimas lesiones aparentemente se originaron en los intentos de reanimación cardiopulmonar.
"No había nada que pudiera hacer con respecto al hecho de que antes de que el paciente hubiera estado bajo mi cuidado, había sufrido un infarto mayor, se había sometido a un período prolongado de resucitación y había sufrido un período prolongado de shock cardiogénico", escribió en su declaración Morris.
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Tammy Cleveland dijo que el doctor Morris le indicó que su esposo probablemente habría vivido si el pulmón colapsado hubiera sido tratado antes.
Luego de la muerte, la familia demandó por negligencia a los médicos, proveedores de salud y al hospital y DeGraff Memorial. La defensa ha sido –según registros judiciales citados por The Washington Post– que actuaron de acuerdo con los estándares.
Mientras que la querella asegura que un tratamiento a tiempo podría haberle salvado la vida al paciente, los acusados se defienden diciendo que la demora en el tratamiento no afectó las posibilidades de vivir de Cleveland y que una intervención anterior no habría supuesto ninguna diferencia.
La demanda, presentada por el abogado de la familia Charles Burkwit, alega que las acciones en el hospital "trascienden los límites de la decencia humana y constituyen una conducta indignante".
Buffalo News infomó que este jueves un juez de la Corte Suprema del estado de Nueva York escuchará los argumentos del caso.


















