Por qué la cancelación de la planta nueva de Ford en México no tiene nada que ver con Trump
Ford sacudió a la industria automotriz y a la comunidad empresarial mexicana con el anuncio de este martes sobre la cancelación de los planes para construir una planta de ensamblaje en el estado de San Luis Potosí.
El inició de la construcción estaba planeado para el próximo verano y el de las operaciones estaba previsto para 2018. La planta representaba una inversión de 1,600 millones de dólares y la creación de 2,800 empleos directos en la región.
El anuncio de Ford fue hecho momentos después de un tuit del presidente electo Donald Trump en el que amenazaba a General Motors con establecer tarifas arancelarias si no mudaba la producción de su compacto Chevrolet Cruze de México a Estados Unidos (en realidad GM construye la gran mayoría de los Cruze que vende en Estados Unidos en Lordstown, Ohio y sólo una pequeña cantidad de modelos hatchback –cerca del 2.4% del total vendido en 2016- son construidos en México).
Cuando Ford hizo el anuncio de la construcción de la nueva planta en abril pasado, explicó que el nuevo complejo se encargaría de la fabricación de autos pequeños. La airada reacción del entonces candidato presidencial republicano no se hizo esperar, calificando la decisión de Ford como una desgracia absoluta y reactivó la idea de la creación de tarifas de importación para desincentivar la decisión de Ford.
La libre importación de bienes a través de la frontera sur es perfectamente legal según el marco legal establecido en el tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés) válido desde el primero de enero de 1994. Para la implementación de las barreras arancelarias con las que el presidente electo ha amenazado a Ford y a GM, Estados Unidos deberá primero denunciar el acuerdo, un proceso que puede ser largo y engorroso.
"Voto de confianza"
Mark Fields el presidente ejecutivo de Ford dijo a la BBC que la cancelación de la planta respondía a un voto de confianza a Trump y sus políticas, pero lo cierto es que las declaraciones de Fields se contradicen con el hecho de que Ford no ha desistido de su idea de construir sus compacto Ford Focus y C-Max en México.
El propio Fields lo aseguró, sólo que ahora Ford lo hará en la planta de ensamblaje que opera en Hermosillo donde actualmente se fabrican el Lincoln MKZ, incluyendo su versión híbrida, así como la versión híbrida del Ford Fusion.
Actualmente el Focus y la microvan C-Max son construidos en una planta de ensamblaje en Wayne, en el estado de Michigan, la cual Ford necesita reorganizar para la construcción de la pickup mediana Ranger y de la SUV Bronco, vehículos que la compañía espera que sean más populares y rentables que los modelos que allí fabrica.
La rentabilidad del Focus y la C-Max depende de la reducción de sus costos de producción y para ello la mudanza de su manufactura a México es fundamental. En 2016 las ventas del Focus cayeron 16.6%, mientras que las de la C-Max bajaron 8.9%.
Ford también anunció la introducción en 2020 de una serie de vehículos eléctricos, autónomos e híbridos entre los que se encuentran versiones híbridas de los icónicos Ford Mustang y F-150. Para ello hará una inversión de 700 millones de dólares que fueron apropiados de los fondos liberados por la cancelación de la planta de San Luis Potosí. El plan también implica la creación de 700 empleos nuevos en el estado de Michigan.
Lo que no dijo Ford es qué piensa hacer con los 900 millones de dólares restantes. Ese ahorro es considerado una razón más poderosa que cualquier amenaza que pueda hacer el presidente electo de Estados Unidos.
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