Un guardia de seguridad que trabajaba en una tienda de Chicago fue apuñalado 27 veces por pedir a dos mujeres que usaran el tapabocas dentro del establecimiento comercial.
Pidió el uso de un tapabocas y lo apuñalaron: la reacción violenta por intentar hacer cumplir medidas de protección en la pandemia
Dos hermanas de 18 y 21 años fueron arrestadas por el acto criminal. En Nueva York, un hombre de 80 años murió al ser empujado solo por pedirle a otro que usara una mascarilla.

Las hermanas Jayla y Jessica Hill, de 18 y 21 años respectivamente, fueron arrestadas y acusadas de intento de asesinato.

"Es un hecho aterrador, sobre todo porque fue cometido de manera inesperada", dijo la jueza Mary Marubio en la primera audiencia de las imputadas. La magistrada negó la fianza para ellas, a pesar de que un abogado defensor, designado por el tribunal, alegara que el apuñalamiento fue en defensa propia y que ambas hermanas presentan transtornos bipolares.
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De acuerdo a las autoridades, las dos mujeres arribaron a un almacén de zapatos el domingo 25 de octubre en horas de la tarde, pero un guardia de seguridad les pidió que usaran la mascarilla y se limpiaran las manos con el desinfectante que la tienda proveía, lo que -al parecer- causó el enojo de las hermanas.
"La menor de las hermanas sacó su celular y comenzó a grabar al hombre mientras este les pedía que abandonaran la tienda por no usar protección", dijeron los fiscales, argumentando que la otra mujer hizo llamadas a alguien para que llegara a golpear al guardia.
"En ese momento, el guardia, un hombre de casi dos metros de estatura y 270 libras de peso, intentó quitarles el celular", indicaron los fiscales, señalando que fue entonces cuando la mayor de las mujeres reaccionó recogiendo un bote de basura que rompió en la cara del guardia de seguridad de 32 años.
El asalto, captado por las cámaras de vigilancia de la tienda, muestran cuando Jessica Hill saca un cuchillo y comienza a apuñalar al guardia en su cuello, espalda y brazos mientras su hermana lo agarra del pelo para que evite moverse.
"El guardia de seguridad y un asistente del gerente de la tienda suplicaron a las hermanas que se detuvieran. Cuando la víctima finalmente se liberó, las mujeres le patearon en la cabeza y el cuerpo", dijeron los fiscales, indicando que la víctima fue llevado a un hospital pero no necesitó cirugía.
Matan a un hombre en Nueva York
En Nueva York, un hombre de 80 años murió después de que se enfrentó a un cliente en un bar por no usar mascarilla y fue empujado al piso, golpeándose la cabeza.
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A finales de septiembre, Rocco Sapienza, un exinfante de marina, pidió a Donald Lewinski que se pusiera el tapabocas mientras caminaba dentro de un bar. De acuerdo a los informes policiales, Lewinski se molestó y empujó a Sapienza con ambas manos, tirándolo al piso.
" Estaba prácticamente en una condición que no respondía de inmediato. Sufrió un ataque en el piso del bar ”, dijo John Flynn, el fiscal del distrito del condado de Erie, en una conferencia de prensa.
Sapienza fue diagnosticado con un traumatismo contundente y falleció el 30 de septiembre.

Lewinski fue detenido y enfrenta un cargo de homicidio por negligencia criminal. Si es declarado culpable, enfrentaría hasta cuatro años de prisión.
"Me golpearon en la cara"
La historia de las agresiones por pedir el uso de protección durante la pandemia, se repite también en otras partes del país, como en el sur de la Florida, donde Lázaro Camargo fue víctima de un grupo de clientes que se molestaron al recibir la orden de usar mascarillas.
Camargo, un cubano residente de la Florida desde hace 12 años, es un trabajador de una tienda 'Dollar Store' en el área de Kendall, donde a principios de septiembre sufrió lo que dice fue el susto más grande de su vida.
"Yo le pedí a una mujer afroestadounidense que se pusiera la máscara para permanecer en la tienda, pero ella me dijo que tenía el derecho a no hacerlo", argumentó Camargo, señalando que debido a las reglas de su lugar de trabajo, él le pidió a la mujer que debía retirarse.
" Me armó un escándalo descomunal. Me gritaba que era un cerdo y que no tenía ningún derecho sobre ella", dijo el hombre, indicando que la mujer lo insultó varias veces.
Siguiendo instrucciones de su jefe, Camargo expulsó a la mujer de la tienda, sin imaginar que horas más tarde, regresaría con un grupo de personas.
Yo salí a almorzar ese día alrededor de las 2 de la tarde, pero sentí que me llamaban por la espalda y al voltearme recibí un fuerte golpe en la cara que me lanzó al piso", indicó, argumentando que junto a la misma mujer se encontraban tres hombres corpulentos que lo patearon y le escupieron, diciéndole que jamás volviera a tocar a aquella mujer o lo matarían.
" Es difícil hacer cumplir las normas de seguridad en un mundo tan loco como este, pero seguiré intentando hacer mi trabajo de la mejor manera", finalizó.


















