El incendio Dixie en California ha arrasado un área que duplica el tamaño de la ciudad de Nueva York
El humo espeso que contuvo los vientos y las temperaturas comenzó a disiparse el domingo de los bosques del norte de California, donde arde el segundo mayor incendio en la historia forestal del estado, pero los bomberos se preparan para el regreso de un clima favorable al fuego este lunes.
No se esperaba que los vientos alcanzaran las altas velocidades que alimentaron las llamas la semana pasada. Sin embargo, los bomberos expresaron su preocupación porque cualquier mínima chispa puede revertir el fatigoso trabajo que han desarrollado durante 21 días consecutivos para contener el gigantesco incendio.
"Los árboles vivos que hay ahora tienen una humedad de combustible más baja que la que encontrarías cuando vas a una ferretería o a un aserradero", advirtió Mark Brunton, jefe de la sección de operaciones del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California, en una sesión informativa en línea el domingo por la mañana. "Está así de seca, por lo que no hace falta mucho para que cualquier tipo de brasas, chispas o pequeño frente de llamas lo ponga en marcha".
Alimentado por fuertes vientos y una vegetación muy seca, el fuego incineró gran parte de Greenville el miércoles y el jueves, destruyendo 370 casas y estructuras y amenazando casi 14,000 edificios en el norte de Sierra Nevada.
El incendio de Dixie, que lleva el nombre de la carretera en la que se inició hace casi cuatro semanas, creció durante la noche hasta alcanzar una superficie de 1,875 kilómetros cuadrados el domingo por la mañana y estaba contenido en un 21%, según CalFire. Había quemado un área de más de dos veces el tamaño de la ciudad de Nueva York (205,000 acres).
Con el humo que se está disipando en las partes orientales del incendio, las cuadrillas que habían estado atacando directamente las líneas del frente se verán obligadas a retroceder y a construir líneas de contención más atrás, dijo Dan McKeague, funcionario de información sobre incendios del Servicio Forestal de Estados Unidos.
En el lado positivo, una mejor visibilidad debería permitir a los aviones y helicópteros volver a la lucha contra el fuego y hacer más seguras las maniobras de los equipos de tierra.
"En cuanto el aire se despeje, podremos volver a volar", dijo McKeague.
Los equipos han construido 564 millas (748 km) de cortafuego alrededor del enorme incendio, explicó el subcomandante de incidentes Chris Waters. Esa es la distancia entre la ciudad de Chico, en el centro de California, y Los Ángeles. Sin embargo, las autoridades solo confían en que un 20% de la línea sea segura, dijo.
"Cada parte de esa línea debe ser construida, dotada de personal, limpiada antes de que podamos decir que este fuego ha sido totalmente contenido", aclaró Waters durante la noche del sábado de información sobre el incidente.
El domingo por la tarde se pronosticaron de nuevo vientos. Pero se espera que el tiempo se estabilice un poco a partir del lunes.
Los informes de daños son preliminares porque los equipos de evaluación no pueden acceder a muchas zonas, dijeron las autoridades.
El fuego se convirtió en el mayor incendio registrado en la historia de California, superando el Creek Fire del año pasado en el Valle Central.
La causa del incendio estaba siendo investigada. La empresa de servicios públicos Pacific Gas & Electric ha dicho que puede haber sido provocado cuando un árbol cayó sobre una de sus líneas eléctricas. Un juez federal ordenó el viernes a PG&E que diera detalles antes del 16 de agosto sobre el equipo y la vegetación donde se inició el incendio.