El cierre del año trajo consigo a Miami uno de los eventos de danza más destacados en la historia de la ciudad.
"Holiday Season with Ballet Stars: Un espectáculo memorable para la historia cultural de Miami
Durante dos noches consecutivas, el Adrianne Arsht Center presentó un programa que contó con algunas de las estrellas más reconocidas de la danza clásica internacional, junto con nuevos talentos. Fue un espectáculo sin igual que, en su hora y media de duración, representó un resumen de lo mejor de la historia de la danza clásica y moderna.


Durante dos noches consecutivas, el Adrianne Arsht Center presentó un programa que contó con algunas de las estrellas más reconocidas de la danza clásica internacional, junto con nuevos talentos. Fue un espectáculo sin igual que, en su hora y media de duración, representó un resumen de lo mejor de la historia de la danza clásica y moderna.
Organizado por la Ballet Support Foundation, una ONG creada por la exbailarina Lola Koch para ayudar a bailarines, "Holiday Season with Ballet Stars" ofreció una extraordinaria oportunidad para disfrutar de lo más destacado del ballet mundial, experimentar la pasión irrefrenable de la danza y presenciar el gozo infinito que el ballet aún puede brindar.
La idea fue arriesgada desde el principio: Koch decidió llevar a Miami, una ciudad conocida por sus playas y bares, un espectáculo cultural que nunca antes se había visto aquí. En solo nueve meses, Koch logró reunir a algunos de los mejores bailarines de las compañías más destacadas del mundo y reunirlos en un programa de dos noches con algunas de las coreografías más memorables de los últimos dos siglos.
Además, se incluyó a jóvenes promesas de grupos y escuelas de ballet menos conocidos, creando un maravilloso ensamblaje en el que los más experimentados no lograron opacar a los más jóvenes, algunos de apenas 15 años, con quienes compartieron el escenario.
El programa, idéntico en ambas noches, se inauguró con una de las historias de amor más melancólicas y trágicas del ballet del siglo XX: "Manon", la celebrada coreografía de Kenneth MacMillan que internacionalizó el Royal Ballet. En esta ocasión, la escuela inglesa de ballet dio paso a la francesa: dos estrellas del Ballet de la Ópera de París, Ludmila Pagliero y Mathieu Ganio, bailaron con extraordinaria seducción, encanto, técnica y gracia el encuentro de los dos amantes en el pas de deux del primer acto.
En un programa cuidadosamente diseñado, ellos regresaron para cerrar el primer acto con otro pas de deux que parecía concluir el ciclo de los amantes y el amor que había iniciado con MacMillan. Fue uno de los momentos más memorables de ambas noches cuando interpretaron el encantador juego de seducción de "Le Parc", la extraordinaria coreografía de Angelin Preljocaj. La intensidad, emoción y virtuosismo que ambos exhibieron hicieron que resistirse al aplauso o, incluso, a las lágrimas, fuera difícil.
La noche también fue un repaso de los grandes coreógrafos y maestros de la escuela americana de ballet, desde Balanchine y Martha Graham hasta Alexei Ratmansky y Justin Peck. Xin Ying y Lloyd Knight, bailarines principales de la Martha Graham Contemporary Ballet Dance Company, interpretaron de manera exquisita el estilo y los movimientos característicos con los que Graham revolucionó la danza en Estados Unidos a mediados del pasado siglo. "Rebirth", "Conversation of Lovers" y "Lucifer" fueron una suma del innovador vocabulario físico que ha impregnado a la compañía desde su fundación.

El pas de deux de "Summer" de Ratmansky fue otro de los momentos destacados de la noche: la maravillosa mezcla de danza clásica con contemporánea que logra la coreografía, combinada con la extraordinaria técnica de Christine Schevchenko y Aran Bell, creó un espacio sin igual de contemplación, gozo y energía que perduró mucho después de que ambos terminaron de bailar.
Una agradable sorpresa para el público de Miami fueron también las coreografías de Jason Kittelberger, un neoyorquino que promete ser una de las mentes más lúcidas para llevar el sentir moderno a la danza contemporánea. Tanto en "Ashes-14", la coreografía que compartió con su pareja, la primera bailarina del Royal Ballet Natalia Osipova, como en "Her Dream", una pieza que compuso para ella, se nota que Kittelberger explora en su danza no solo temas universales como el desamor, la ruptura y los desenlaces, sino también busca expresar los sentimientos más recónditos y oníricos del alma.
Tres propuestas de bailarines más jóvenes, "Until We Find Our Place" y "Upon Arrival" del Kibbutz Contemporary Dance Company y "Reflection" de estudiantes de la Joffrey Ballet School de Nueva York, fueron momentos de alucinación y esperanza debido al vigor, la intensidad y la pasión que demostraron sus bailarines.
Tampoco faltaron los momentos más clásicos para satisfacer los gustos más básicos: el pas de deux del cisne blanco de "El Lago de los Cisnes" y el de "El Cascanueces" fueron los que recibieron la mayor cantidad de aplausos de un público poco acostumbrado a un repertorio más amplio.
A pesar de ser dos noches que debieron haber llenado el Adrienne Arsht Center hasta la última butaca, se observaron numerosas sillas vacías. Una verdadera pena para una ciudad que lamenta no contar con espacios culturales de este tipo y que, cuando los tiene, no sabe aprovecharlos o los pasa por alto. Sin embargo, no cabe duda de que estos espectáculos pasarán a formar parte de la historia cultural de la ciudad y, sin lugar a dudas, mejoraron, aunque solo fuera por un rato, la vida de quienes asistimos.
En resumen, "Holiday Season with Ballet Stars" fue un concierto de cuerpos hermosos, una marcha triunfal de música y músculos, una exaltación del espíritu, del movimiento y la sensualidad, un canto a lo infinito, a la juventud que se va, a lo que no cambia aunque pase el tiempo, a lo invencible e imborrable de la condición humana.








