En la frontera de Nuevo México, algunos rancheros están con Trump pero no con su muro

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“Hace muchos años veíamos diario decenas de personas que acababan de cruzar la frontera. Sabíamos que venían huyendo de grande problemas, que tenían que haber pasado un el peligroso desierto, que te tenían sed y necesitaban ayuda. Solíamos hacer lo más cristiano, les ayudábamos. Pero ahora si los vemos, volteamos al otro lado de la calle”.

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Este es el testimonio de Erika Valdez, quien casi toda su vida se ha encargado de sacar adelante las más su rancho de más 16,000 ubicado entre el área de Ánimas y Lordsburg, a unas 35 millas al norte de la frontera suroeste de Nuevo México.